No es fácil ocultar lo que uno siente, menos por tantos años, después de todo, ¿Quién podría ser capaz de aguantar tanto?
Es fácil realmente la respuesta. Ellos saben a la perfección lo que es eso, lo que es tener cerca a esa persona especial y siq...
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•La noche anterior•
•Los chicos tomaron a más no poder, como si fuera el fin del mundo, como si el mañana ya no existiera:
Jinyoung, él no tomo mucho ya que del lugar su casa quedaba algo lejos, además de que no quería que sus hermanas menores le vieran de esa manera y lo tomarán como que está bien.
Jimin y Yugyeom, viven bastantes cerca el uno al otro, por lo que el más consiente, Yugyeom, pidió un taxi para luego irse tranquilamente a sus casas y descansar por horas.
Y luego, Taehyung y Jungkook, estos también pidieron un taxi. Como la casa de Taehyung quedaba más cerca ambos quedaron en ir a la suya, después de todo, no era la primera vez que Jungkook se quedaba ahí.
Ya cuando solo ellos quedaron en el lugar esperando al taxi, este a los cuantos minutos llegó al lugar recogiendolos y llevándolos hacia la casa de Taehyung.
El exceso de alcohol en ambos era notorio pero conciente, como a su vez la tensión sexual que comenzó a hacerse más grande.
Los minutos pasaron, llegaron, pagaron para luego adentrarse a la casa ayudándose: jungkook colocó su brazo por los hombros de Taehyung, mientras que este tenía una de sus manos en la cintura del menor.
Ya dentro cerraron la puerta subiendo por las escaleras a la plata de arriba donde esta la habitación de Taehyung.
Ya dentro, a duras penas y tambaleándose de un lado para el otro llegaron a la cama donde cayeron: Taehyung cayó antes y a causa de ello y de que él tenía su mano en su cintura, el menor cayó encima.
Ambos se miraron directamente a los ojos en dicho momento: Taehyung, relamió sus labios mientras lo observaba cada fracción de su rostro el cual ante sus ojos simplemente era perfecto.
Jungkook, lo observo unos segundos, hasta que su vista se dirigió a los labios de su contrario. Este no quiso perder más tiempo y sin decir nada planto sus a los de su contrario quien le correspondío en ése mismo momento sin tan siquiera dudarlo un segundo.
El mayor posicionó una de sus manos en la cama haciéndose hacia atrás así dejando más encima suyo al menor, el cual por su acción colocó sus brazos a los costados de su cuello intensificando aún más el beso.
El mayor poco a poco se separó de sus labios, pero sin dejar de tocar su piel: beso su mejilla hasta bajar a su cuello, donde dejo al inicio besos húmedos mientras apretaba sus caderas y el menor casi inconscientemente movía las mismas sin poder evitar sentirse exitado y agitado al mismo tiempo, aunque no era el único.
El ambiente de aquella habitación cada vez se hacia más tensa y un calor inmenso comenzaba a recorrer sus cuerpos; la fricción que ambos imponían entre sus zonas íntimas a cada mínimo de segundo se hacia más insoportable para ambos.
