Las cartas

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PARTE EDITADA✔

No pasó mucho tiempo cuando una mañana, durante el desayuno, los Potter recibieron la carta proveniente de la Escuela Bruton para chicas informando la expulsión de la mayor de sus hijas.

Lily terminó de leer el comunicado y miró a su hija. 

—¿Esta vez que pasó? —preguntó en tono tranquilo.

—Sabes como son en las escuelas para "señoritas" —hizo el ademán en el aire—, todas se comportan como barbies y bueno... Lo soporte durante más de un año.

—Bueno, por suerte —dijo James— esta vez no vamos a tener que buscar un nuevo colegio.

Harry y Charlie sonrieron. 

Pocas semanas faltaban para que cumplieran sus once años y, entonces, por fin, sus cartas de aceptación a Hogwarts llegarían. Ambos soñaban con el castillo desde pequeños. 

A Jade, en cambio, le faltaban dos años para entrar en Hogwarts. Ella seguiría asistiendo a la Escuela Maynard.

Cuando las vacaciones comenzaron, los tres hermanos corrían por toda la casa. Siempre estaban jugando o gritando en algún lugar. Pasaban tanto tiempo como les resultara posible en la piscina del patio trasero de la casa. Lyra y Teddy iban todos los días. Y los domingos se juntaban todos en La Madriguera a almorzar.

Un día del mes de julio, Lily llevó a Jade a Londres para comprarle su uniforme, dejando a los mellizos con su padre. Cuando volvieron, los almohadones de la sala estaban rotos y había plumas por toda la casa. 

Aquella tarde, Jade desfiló por el salón, ante la familia, con su uniforme nuevo. Las alumnas de Maynar llevaban una pollera azul oscura, tres dedos sobre las rodillas, camisa blanca, una chaqueta verde, medias azules, zapatos negros y sombrero verde. Charlie había usado el mismo uniforme, cuatro años atrás y nunca había conseguido agradarle.

A la mañana siguiente, cuando Charlie fue a tomar el desayuno, encontró a su hermana sentada en la mesa de la cocina, con la cabeza apoyada sobre la mesa, mirando fijamente el sombrero del colegio.

—¿Qué pasa? —le preguntó, sentándose frente a ella.

—Estoy intentando hacerlo desaparecer, lo odio, es horrible. 

—¿Y me lo dices a mi? Quisiera verte con el uniforme de Bruton

El uniforme de la última escuela de Charlie era un entero color rosa pálido, con zapatos negros, rematado con un sombrero del mismo color del entero. Sencillamente horrible. 

En la cabecera de la mesa, su padre leía su ejemplar del diario El Profeta. En el Valle de Gordic los diarios no llegaban en lechuzas, si no que los repartidores los dejaban en las entradas de las casas. 

—¿No saludas? —preguntó James a su hija mayor, bajando el diario. Ella se acercó y le dio un beso en la mejilla. 

Segundos más tarde, Lily dejó el desayuno en la mesa y Harry entró a la cocina.

Todos miraron hacía la ventana cuando una lechuza de color marrón se hizo escuchar golpeando con su pata en la ventana, con un sobre el el pico.

Harry y Charlie se miraron.

Lily se levantó y tomó la carta. Le dio una galleta a la lechuza y esta partió de inmediato. Con una sonrisa abrió el sobre y sacó dos cartas. Le extendió una a cada uno de sus dos hijos mayores.

Charlie la tomó con mano temblorosa y leyó:

Señorita C. Potter
Última habitación del primer piso.
Trim Street, 7
Valle de Godric
Somerset

La Protectora del Olimpo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora