El hombre de dos caras

3.5K 245 36
                                    

PARTE EDITADA✔ 

Era Quirrell.

—¡Usted! —exclamó Harry.

Quirrell sonrió. Su rostro no tenía ni sombra del tic.

—Yo —dijo con calma— me preguntaba si me iba a encontrar con ustedes aquí, Harry y Charlie Potter.

—Pero yo pensé... Snape...

—¿Severus? —Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda—. Sí, Severus parecía ser el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell?

Charlie tenía la boca entre abierta, no podía ser verdad, no podía ser.

—¡Pero Snape trató de matarme! —gritó.

—No, no, no. Yo traté de matarte. Tu amiga, la señorita Granger, accidentalmente me atropelló cuando corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de quidditch. Y rompió el contacto visual que yo tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho caer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, tratando de salvarte.

—¿Snape trataba de salvarme... a mí? —preguntó sin dar crédito a lo que escuchaba.

—Por supuesto —dijo fríamente Quirrell—. ¿Por qué crees que quiso ser árbitro en el siguiente partido? Estaba tratando de asegurarse de que yo no pudiera hacerlo otra vez. Gracioso, en realidad... no necesitaba molestarse. No podía hacer nada con Dumbledore mirando. Todos los otros profesores creyeron que Snape trataba de impedir que Gryffindor ganase, se ha hecho muy impopular... Y qué pérdida de tiempo cuando, después de todo eso, voy a matarlos a ambos esta noche.

Quirrell chasqueó los dedos. Unas sogas cayeron del aire y se enroscaron en los cuerpos de Harry y Charlie, sujetándolos con fuerza.

—Son demasiado molestos para vivir, Potters. Deslizándose por el colegio, como en Halloween, porque me descubriste cuando iba a ver qué era lo que vigilaba la Piedra.

—¿Usted fue el que dejó entrar al trol? —preguntó Harry

—Claro. Yo tengo un don especial con esos monstruos. ¿No viste lo que le hice al que estaba en la otra habitación? Desgraciadamente, cuando todos andaban corriendo por ahí para buscarte, Snape, que ya sospechaba de mí, fue directamente al tercer piso para ganarme de mano, y no sólo hizo que mi monstruo no pudiera matarte, sino que ese perro de tres cabezas no mordió la pierna de Snape de la manera en que debería haberlo hecho...

Hizo una pausa:

—Ahora, esperen tranquilos, Potters. Necesito examinar este interesante espejo.

De pronto, Charlie vio lo que estaba detrás de Quirrell.

Era el espejo de Oesed.

—Oh oh..

—Este espejo es la llave para poder encontrar la Piedra —murmuró Quirrell, dando golpecitos alrededor del marco—. Era de esperar que Dumbledore hiciera algo así... pero él está en Londres... Cuando pueda volver, yo ya estaré muy lejos.

Los hermanos se miraron, lo único que se les ocurrió fue tratar de que Quirrell siguiera hablando y dejara de concentrarse en el espejo.

—Lo vi a usted y a Snape en el bosque... —dijo Harry de golpe.

—Sí —dijo Quirrell, sin darle importancia, paseando alrededor del espejo para ver la parte posterior—. Me estaba siguiendo, tratando de averiguar hasta dónde había llegado. Siempre había sospechado de mí. Trató de asustarme... Como si pudiera, cuando yo tengo a Lord Voldemort de mi lado...

La Protectora del Olimpo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora