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Seiya pov's

Estar jugando con Usagi en la cama era muy divertido, pero sabía que tarde o temprano debíamos levantarnos para afrontar la realidad que nos esperaba fuera de la comodidad de la cama, pero quería seguir así con ella durante un rato más sin preocuparme por nada de lo que nos rodeaba ni de los problemas que podrían venir pues sabía que no habíamos derrotado a la bruja que había atacado el otro día.

Me acurruqué junto a ella, abrazándola por la espalda y le di un beso en la parte trasera del cuello. Causando un pequeño gemido en respuesta por parte de ella, cosa que me encantó y solo hizo que me apegara un poco más a ella.

La bebe volviendo a llorar nos distrajo de nuestra sesión de mimos y me levanté para ir a recogerla, parecía que la pequeña Rini también estuviera inquieta como si supiera de la presencia de las demás Sailor en el planeta aunque obviamente siendo la heredera del Reino de la Luna era posible que pudiera sentirlas. Aunque no sabía si ella compartiría guardianas con su mamá o tendría unas propias, debía de preguntarle a mi bombón sobre ello, pero quería hacerlo más adelante. Había sido demasiada información en poco tiempo para mi cabeza y aún me estaba costando asimilar todas las novedades que se me habían venido encima.

La sonrisa de Usa cuando me vio llegar con la pequeña en brazos, casi iluminaba toda la habitación e hizo que una sonrisa propia se extendiera por mi rostro sin poder evitarlo.

La pequeña se había calmado en cuanto la cogí, cosa que seguía pareciéndome alucinante pero dado que quería ser su padre, aunque no lo fuera biológicamente, era un buen paso el que la pequeña me aceptase.

Me senté en la esquina de la cama y rápidamente Usagi se acercó por mi espalda para apoyar su cabeza en mi hombro mientras veía como la pequeña dormía en mis brazos.

- Es increíble lo tranquila que está en tu presencia, Seiya - dijo mi bombón mientras nos miraba a ambos desde mi hombro.

- Francamente sí, apenas ha tenido contacto conmigo y se comporta como si me conociera de toda la vida. - dije tan sorprendido como de verdad me sentía - Me encanta.

Ambos estamos observando a la pequeña cuando una Minako algo agitada entró en el cuarto y se quedó congelada al verme a mí con la pequeña y a Usagi apoyada sobre mí.

- ¡Oh! ¡Por fin! - dijo Minako con una sonrisa enorme - ¿Entonces no soy la única que arreglo sus problemas sentimentales, no?

Yo me reí al ver de refilón el puchero de mi bombón, pero me alegré al saber que mi hermano había sido valiente y había decidido luchar por sus sentimientos hacia Minako. Aún quedaría mucho, pero ellas ahora estaban en nuestro planeta y ya no era un impedimento para la relación el que ambos tuviéramos misiones distintas pues parecía que ambas misiones acaban de cruzarse y entrelazarse.

- Por tus palabras... supongo que mi terco hermano, por fin ha mostrado sus sentimientos, ¿no? - pregunté solo para asegurarme de no equivocarme antes de felicitar a la nueva pareja. - Muchas felicidades, Minako. Y espero que ambos sean felices.

- ¡Sí! - dijo Minako mientras saltaba sobre la cama, sin preocuparse por despertar a la pequeña Dama que había abierto sus ojitos ante el gritito feliz de la muchacha. - ¡Hola, Rini! - dijo Minako mientras jugaba con la naricita de la pequeña bebe que solo sonrió feliz e intento coger el dedo de la joven. - Por fin, Yaten ha decidido expresar sus sentimientos... me sorprendió mucho.

- Y veo que no has tardado en decírselo a mi hermano... - dijo la voz de Yaten desde la puerta - Discúlpenme, no quería invadir su habitación, pero podía oír a Minako desde el pasillo y decidí no quedarme fuera de la reunión en la que se va a cotillear sobre mi forma de actuar.

¿Mi destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora