El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad.Giovanni Papini (1881-1956) Escritor italiano.
Usagi Pov's
Me desperté algo aturdida y vi que me encontraba en la sala del apartamento que teníamos Mina y yo para escondernos, la luz de la luna entraba desde las ventanas.
¿Luna? pensé para mi misma, si yo había llegado en plena mañana, faltando poco para el medio día.
Poco a poco y con cuidado me incorporé, me sentía muy agotada pero no sabía por qué. Poco a poco los recuerdos de haber llorado y de mi usando el cristal vinieron a mi cabeza.
- Supongo que estoy cansada por el uso del cristal - dije en voz alta ahora - pero cuanto rato he estado fuera...
Cogí mi móvil y vi que estaba sin batería, así que lo puse a cargar pensando en lo que haría ahora. Pero el recuerdo de lo que había solicitado al cristal siguió quemando en mi cabeza.
Quiero ser libre, y quiero que no puedan encontrarme por mucho que me busquen. Solo aquellas guardianas que estén dispuestas a seguirme sin preguntar ni siquiera el porqué de mis decisiones serán capaz de reconocerme como su princesa y amiga, para el resto quiero ser invisible e irreconocible.
- Bueno... - dije en voz alta de nuevo - supongo que mañana podré poner a prueba si me reconocen, pero ahora mismo creo que iré a descansar estoy agotada.
Solté mi cabello de mis ondagos y cuando lo tuve en mis manos pude ver que era plateado, tarde unos segundos en asimilar lo que estaban viendo mis ojos así que corrí al espejo más cercano después de encender la luz y me miré.
- ¡Shimatta! - dije mirando al espejo - Mi pelo es un reflejo del pelo de Yaten, pero... ¿Acaso envejecí? - me acerque casi compulsivamente al espejo y busque arrugas o alguna señal del paso de los años, pero no había nada. - ¡Shimatta! si me pongo una coleta seré una copia de Yaten salvo por mis ojos azules... - y fue entonces cuando el segundo shock llegó, mis ojos ya no eran azules sino de un tono violeta más claro que el de Hotaru pero seguían violetas - ¡Shimatta! ¿Qué diablos hice?
Recapitulando de nuevo sobre mi deseo, me di cuenta que yo había pedido indirectamente un cambio de aspecto, pero yo pensé que solo sería una especie de ilusión para mis guardianas no que mi aspecto cambiaría por completo. Sentí como mis manos temblaban y como pude camine hacia la habitación apagando todas las luces, yo realmente necesitaba descansar y pensar en las cosas que habían sucedido a poder ser antes de que Minako apareciera por esa puerta y alucinara por tener una desconocida en su casa.
Me quedé dormida casi sin darme cuenta y cuando la luz del sol anunció que ya era de mañana, me levanté arrastrando los pies y me fui al baño para darme una ducha, pero mi reflejo en el espejo trajo todos los recuerdos de vuelta. Y yo me miré asustada, pero hasta cierto punto feliz, mi aspecto ahora era casi místico y podría molestar a Yaten/Healer de que era más bonita que ella si algún día volviera a verla.
Después de darme una ducha me arreglé con unos vaqueros rotos en las rodillas y una camiseta verde de un solo hombro, pero cuando fui a peinarme en lugar de hacer los típicos ondagos decidí copiar la coleta de Yaten, pero me quedaba muy larga así que tuve que trenzarlo y decidí ir a la peluquería después.
Me puse en marcha, recogí mi teléfono y lo encendí viendo que tenía muchos mensajes pero ni siquiera me moleste en leer los de Mamoru, seguí por la lista y vi los de las demás guardianas pero ignoré todos, menos los de Haruka y Mina cayendo en que había mensajes de casi cuatro días distintos... ¡Qué diablos! dije en mi cabeza, había estado fuera cuatro días, viendo eso decidí que era mejor apagar el teléfono y deshacerme de él, si realmente mi deseo había tenido éxito la única manera de que me localizasen era a través de este.
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¿Mi destino?
Fanfiction[Post Star] Han pasado algunos años desde la batalla contra Galaxia, todo es paz y tranquilidad para las sailor ¿o no? ¿Qué pasaría si el cuento de Hadas se rompe en mil pedazos?¿Usagi seguirá aferrada a su destino o buscará cambiarlo? Los personaje...