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Taiki pov's

Ser despertado por un Seiya ansioso no entraba en mis planes para esa mañana, pero enterarme de que Uranus estaba viniendo a nuestro planeta acompañada de las demás Sailor y algún que otro caballero, fue un shock aún más grande que lo anterior.

Una parte de mi estaba muy tranquila con la visita de las Sailor del planeta tierra, pero otra parte estaba ansiosa, quería saber cómo les había ido y también sentía algo de pena por cómo me había comportado hace seis años después de enterarme de todo lo que ellas habían pasado antes de que nosotros llegáramos.

También si era sincero conmigo, tenía mucha curiosidad por como lo estaba haciendo Amy. Aunque mis hermanos pensarán que me había olvidado por completo de las muchachas, eso no era cierto. Siempre había seguido pensando en ellas, pero jamás me esperé que Usagi fuera a huir a nuestro planeta o que las volveríamos a ver y ahora que no solo vería a Minako, Hotaru y Usagi estaba un poco nervioso.

Con cada kilómetro recorrido en dirección a palacio, más nervioso y ansioso me ponía más aún por qué sabía que si las muchachas no estaban en un sitio muy cómodo para ellas tendría que ver con que mi esposa seguramente las hubiera retenido en los calabozos o en alguna estancia hasta verificar quien eran sin avisar a la princesa y eso me incomodaba hasta cierto punto pues eran mis amigas y aunque solo estuviera cumpliendo con su deber... estaba faltando al respeto que las muchachas nos habían brindado en la tierra hasta cierto punto.

Me preguntaba si esos dos caballeros que venían, serían las parejas de las muchachas y si lo eran... ¿Dónde estaba la pareja de Amy? Por qué mi hermano mencionó solo a dos, y aunque todo el mundo viera a Amy como una niña que solo se preocupaba por los estudios, yo sabía que no era así y que ella amaba tanto o más que Usagi, solo que no lo mostraba tanto.

Por otro lado, me encantaría que conociera a mi esposa. Sabía que ambas se llevarían bien, pues, aunque Amy y yo habíamos chocado varias veces en la tierra por nuestras ideas contrarias, sabía que no sería así con mi esposa. Pero tenía miedo también, puesto que, aunque habíamos sido amigos y habíamos quedado aparentemente en buenos términos... jamás nos pusimos en contacto y eso podría haber hecho que esa frágil amistad se rompiera. Cosa que esperaba que no hubiera sucedido por qué si había extrañado algo de la tierra, habían sido los debates y diálogos con Amy... no había mucha gente que no solo me entendiera, sino que pudiera confutar mi opinión y estar a mi altura en conocimientos aquí.

El viaje de vuelta a palacio se hizo más corto, que cuando fuimos en busca de las muchachas, quizás porque no estaba acompañado de dos hermanos ansiosos y que no paraban de ponerme de los nervios y de hecho cuando pude ver los tejados de mi hogar desde la distancia una pequeña calma se apodero de mí, no sabía lo que me esperaba y tampoco sabía cómo reaccionaría nadie a mi presencia pero esos nervios que había tenido durante todo el viaje se estaban esfumando como arte de magia al sentirme en casa y por tanto más cerca de mi esposa..

Aún me sorprendía lo mucho que amaba a Akane, pero es qué ella había llegado para ocupar mi corazón casi en totalidad y parecía que jamás se iba a ir de ese lugar que había ocupado.

No tarde mucho en llegar al palacio y menos aún en localizar a mi esposa, que estaba hablando con alguna de las otras sailor. Así que espere hasta que finalizará tras hacerle un pequeño gesto para llamar su atención.

- Hola, amor - dijo Akane en cuanto se acercó a mi para saludarme con un tierno beso en los labios, que me sorprendió pues nunca me había besado cuando estaba en mi forma masculina.

- ¡Hola! - dije con una sonrisa nada fingida mientras la atraía a un abrazo y poco después profundizaba el beso que ella me había dado primero.

¿Mi destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora