TRES

1.5K 144 85
                                    

Capítulo 3: Carácter .

Melek

Ayer luego de acomodar algunas cosas en mi nuevo cubículo, me fui a mi casa para poder acomodar todas mis pertenencias lo antes posible, así meterme de lleno en mi investigación.

Ahora me encuentro sentada en mi cubículo, muerta de sueño ya que ayer me quedé hasta las dos y media de la mañana acomodando mi ropa. A pesar de haberme quedado hasta las tantas, hoy he llegado más temprano a la central.

Busco, en el navegador de la organización , a los mafiosos más buscados, entre ellos mi padre. Por fortuna, la única foto que se encuentra en la base de datos de esta central es la cara de mi padre junto con mi hermano Mehmet.

En las centrales hay diferentes bases de datos, aunque se trabaje para la misma organización la mayoría de las veces las centrales trabajan por su cuenta.

Abro un documento donde recopilé toda la información que vaya recolectando y escribo algunos puntos importantes de mi investigación. Me concentro en esto gran parte de las horas libres que yo misma programé para mi, al llegar más temprano.

En algún punto me levanto de la silla y salgo de mi cubículo para ir hacia la cafetera que hay al fondo del piso, no he desayunado antes de venir hasta aquí y mi estómago ruega por comida.

Me sirvo un capuccino y a este lo acompaño con una rosquilla de las que hay junto con la cafetera. Vuelvo a mi cubículo y mientras como, observo desde este cómo algunos soldados van llegando para comenzar con sus informes investigativos.

— Hola belladonna— dice mi amiga imitando de mala manera el acento Italiano.

— Hola — saludo de vuelta.

— ¿Lista para nuestro primer día en esta maravillosa central? — pregunta con exageración.

Le doy un sorbo a mi café antes de contestarle.

— Es igual a nuestra anterior central — le corto el rollo.

Mi amiga deja sus cosas en su cubículo y de manera muy rápida, vuelve al mio.

— Te equivocas, esta central es más grande y contiene a unos papasotes que están para comérselos con patatas fritas — me refuta.

¿Comérselos con patatas fritas? Definitivamente mi amiga está demente.

No sé que mueca le hago pero refunfuña y se acerca más a mi, sentándose en una silla que hay frente a mi escritorio.

— Sabes que no miento — insiste — , no me puedes negar que ayer sentiste algo cuando viste a esos papasitos.

De sentir algo, claro que lo sentí. No como esas bobadas de una punzada al corazón, más bien una punzada en otras partes.

— Ves, te has callado, dime que también te mojaste — lo último lo dice susurrando por si la persona del cubículo de al lado nos escucha.

— No te lo negaré, pero sabes perfectamente que debo concentrarme en otra cosa — susurro de vuelta.

— Lo sé, lo sé .

Alza sus brazos en señal de rendición.

— Mejor me voy a mi cubículo — dice entre dientes.

Estoy terminando mi desayuno cuando alguien llama mi atención. Se trata de Fabrizio quien toca la pared que divide mi cubículo y el de Elif.

— Brigadier Yilmaz , necesito que me acompañe para presentarla a la tropa — me anuncia.

Boto los restos de mi desayuno en el basurero que hay justo debajo de mi escritorio. Me levanto de la silla giratoria y camino hasta quedar junto a Fabrizio.

Propósitos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora