CUARENTA Y DOS

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Capítulo 42: l'ultimo

Melek:

—No exageres, mejor suéltalo de una vez —le digo mientras avanzo hasta mi cubículo.

Sea lo que sea que quiera decirme me tiene muy intrigada, desde que vi el video de mi madre adentrándose a la casona para buscar una caja extraña.

—Pues la primera, la nueva sala de control en Moscú ya es nuestra —me informa—. En realidad solo falta tu firma y ya está el proceso terminado.

Sonrío al oír sus palabras, el proceso de comprar una nueva sala de control, mucho más grande de la que ya tenemos en Turquía ha sido demoroso y estresante, saber que estamos a un solo paso de tenerla hace que una adrenalina cruce por mi cuerpo.

—Okay, en cuento pueda viajaré a Rusia y firmaré los papeles —le hago saber.

Hablamos un poco más del tema y sobre su próximo viaje apenas firme esos papeles, pues si todo sale como quiero, Mandy será la encargada de dicha sala de control.

— ¿Qué era lo otro que me querías decir? ¿Es sobre los videos de mi madre? —pregunto.

Justo llego a mi cubículo y me siento. Tomo algunas carpetas, ordenando el desastre que tengo encima, mientras espero la respuesta de la francesa.

—He estado recolectando información sobre el tema estos últimos días, no quería decírtelo hasta que tuviera algo concreto —dice la rubia del otro lado de la línea —. El contenido del baúl que rescató tu madre ese día, podría tener que ver con esto.

»Buscando en periódicos viejos y hackeando varios sistemas he dada con tal información. Melek, tuviste un hermano tres años mayor a Mehmet.

Me paralizo al oír esas palabras. Eso es imposible, yo tendría que saberlo si ese fuera el caso.

Nunca vi una foto de un niño que no fuera Mehmet, Ender o Murat.

— ¿Qué tan verídica es esa información? —Suelto — ¿Qué ocurrió con él?

Miles de preguntas cruzan mi mente en este momento. No proceso lo que me acaba de decir la francesa.

Genial, más pendientes a la lista.

—Tengo el acta de nacimiento y su acta de defunción —se explica—. También encontré fotos de mala calidad en archivos privados de tu padre.

La información que estoy recibiendo no aclara mis dudas, es más me llena más de ellas, haciendo que mi mente ideé miles de escenarios en los que mi madre, Boram y ese niño vivieron.

— ¿Qué ocurrió con él? ¿Lo sabes? —vuelvo a preguntar.

—Sé algunas cosas—comienza—. Al parecer unos enemigos de tu padre lo secuestraron, la historia contada para todos fue que el no sobrevivió en dicho secuestro.

»Pero en mi investigación encontré archivos bastante jugosos donde se ve que él no murió en la fecha de su acta de defunción.

— ¿Cómo así? —puedo hacerme una idea de lo que se refiere, pero necesito que sea clara y concisa con sus palabras.

—Patronne, él vivió hasta su adultez —suelta dejándome helada —. En los archivos de tu padre encontré fotos de un adolescente y posteriormente de un adulto con los mismos rasgos del niño pequeño que "murió"

»Mejor dejaré que veas las imágenes por tu misma, no me lo creerás. Solo puedo decirte que tu padre siempre supo que el niño que enterró en el mausoleo Aktan no era su hijo.

Propósitos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora