VEINTINUEVE

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Capítulo 29: Erkek kardeş

Melek.

Me subo a la avioneta donde ya casi todos mis colegas se encuentran, luego de casi tres noches he dormido de maravilla. La noche anterior no dormí casi nada, gracias al incómodo colchón de la celda, a eso sumándole que escuchaba todo lo que decían y hacían las otras reclutas.

Solo hay un asiento desocupado, junto a Alessandro, no puede ser. Rápidamente paseo la mirada por la avioneta, Elif se encuentra sentada junto a Cagatay mientras discuten. Ella lo empuja para que se levante del asiento.

— Compórtense y dejen de pelear brigadieres, no vamos de excursión como en el preescolar, son militares de alto rango, compórtense como tal —los regaña Alessandro.

Cagatay se acomoda en su asiento con una sonrisa triunfal en su cara, Elif me da un mirada de disculpas pero niego con mi cabeza, tratando de decirle que no se preocupe.

Me acomodo en mi asiento mientras cierro los bolsillos de mi traje de entrenamiento negro. La puerta de la avioneta estaba cerrada y nos preparamos para volar casi dos horas hacia Alemania.

— ¿No quería sentarse junto a mi, brigadier? — Alessandro susurra en mi oído.

Giro mi cabeza haciendo que nuestras bocas están a punto de tocarse, nuestras respiraciones se mezclan.

— No es eso , solo necesitaba hablar con Elif — susurro.

— Pues eso lo haces después — cuando estoy apunto de decirle que es lo obvio, me besa.

Una de sus manos toma mi mejilla tomando el control del beso, cuando su lengua se adentra en mi boca todo se esfuma, me olvido de quienes se encuentran con nosotros, de que puedan vernos y le sigo el beso.

Nos movemos al compás, la intensidad es la misma de siempre. Me cuesta admitirlo pero me encanta como besa este hombre, como toma mi cara entre sus manos y como su lengua hace movimientos maravillosos en mi boca.

Nos separamos y miramos hacia los demás como si fuésemos dos amantes que se esconden de sus novios.

Nos volvemos a acomodar en nuestros asientos.

—¿Mandaste los planos falsos a Boram?—me pregunta.

—Si, pero no he recibido respuestas de su parte—digo con preocupación—. Me parece sospechoso.

—Si lo es, si no te contesta en las próximas horas deberemos actuar de alguna forma u otra— dice. 

El resto del camino nos la pasamos en silencio mientras revisamos informes de parte de nuestros soldados que se encuentran en Roma.

Nos la pasamos mirando nuestros dispositivos y pendientes a las notificaciones que llegan cada tanto.

Luego de una hora y cuarenta minutos llegamos a la central Alemana. Todos descendemos y yo me preparo mentalmente para lo que haré.

Debo entrar y hablar con Mehmet mientras todos mis compañeros ven y escuchan la conversación, debo ser cautelosa con lo que diré. No puedo tocar los planes de Boram, no hasta estar segura de que la organización confía en mí.

El general Alemán nos recibe y luego de los saludos, lo seguimos hasta la sala de interrogatorios.

—Por aquí estarán ustedes—abre la puerta de una de las salas donde hay un gran vidrio que lo divide de otra sala, desde esta sala se puede ver todo lo que pasa en la otra habitación.

Todos mis colegas entran mientras yo espero al general Alemán. Cuando dejamos a mis compañeros en esa sala, rodeamos el pasillo y nos adentramos en otro para llegar a la puerta de la otra habitación.

Propósitos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora