Imposible Olvidarte (1° SAP)

Capítulo 29.

Se me es imposible no culparme por todo lo que estaba sucediendo, Helena me había informado que Alexia salió bien de la cirugía, que pudieron controlar la hemorragia, pero que debía contarme algo más que por teléfono no se podía.
Seguía furioso conmigo mismo y por haberla expuesto a un embarazo, se que dentro mío quiero tener muchos hijos a su lado, lo que le pasó la puso en peligro y no iba a perdonarme por poner a mi reina al borde la muerte.
Mi llegada a Chicago fueron horas después de que ella ya había salido de la cirugía, con solo tocar suelo americano me importaba una mierda las leyes de tránsito porque mi único objetivo era llegar a Alexia, ver con mis propios ojos que estaba bien y que de ahora en adelante la iba a proteger mejor.

— Detente — me intercepta Dmitri justo en la entrada del hospital.

— Déjame — lo empujo, pero mi primo usa su fuerza para empujarme contra la pared. — ¡Antonily pégale un tiro! — gruño forcejeando con mi él.

— Gavriel es Dmitri — murmura mi guardaespaldas rodando sus ojos.

— Escúchame, quiero que estés tranquilo Gavriel, fueron horas de cirugía y ella necesita descansar — me pide Dmitri haciendo que suspire.

— ¿Cómo está? — pregunto cuando siento que su agarre disminuye al ver que pondré un poco de mi para estar algo calmado.

— Con respeto a su apendicitis salió muy bien la cirugía, luego tenemos el tema de su embarazo ectópico, creo que Helena te comentó que no iba a ser viable. Cuando el embrión se fecunda fuera del útero solo trae problemas, no es un bebé en si porque las horas de vida son pocas, al ser Alexia una mujer jóven procuraron salvar completo su útero y lo lograron, solo deberían esperar mínimo seis meses antes de intentar que ella quedé embarazada — habla.

— Dime qué es lo que están escondiendo — digo.

— En sus exámenes de toxina encontramos pequeños residuos de mercurio, están haciendo exámenes más minuciosamente para ver el tiempo que lo llevan haciendo y si dejará alguna secuela — me informa haciendo que todo mi cuerpo se tense.

Alguien estaba envenenando a mi reina y enfrente de mis ojos.

— Voy a matar a toda la gente del personal de cocina de la mansión — mascullo con rabia.

— Piensa antes de actuar — acota Dmitri suspirando.

— ¿Qué quieres que piense? — exclamo saliendo de su agarre. — Delante de mis ojos alguien la estaba envenenando, uno de nuestros hombres y juro que voy a matar a todos — declaro con rabia.

— Deja lo mafioso de lado y piensa en ella, la gente que te traicionó ahora no importa porque tú atención debe estar en Alexia que pronto despertara de la cirugía — la voz de Helena me hace mirarla.

— Tú no entiendes — acoto chasquendo la lengua.

Siento un tirón en mi ojera que me hace quejar mientras Dmitri y Antonily se ríen por la acción de ella. — Te calmas o juro que no dejaré que entres a verla en esas condiciones — me advierte con una fulminante mirada. — Alexia no necesita al jefe de la Bratvá en este momento, solo necesita a Gavriel, su novio y sino vas a cumplir con esto ya te digo que hablaré con mi padre para que te prohíban la entrada. Mi amiga no necesita tu drama solo que le muestres cuánto la amas — agrega sin dejar de mirarme de esa forma intensa que solo expresa la ganas que tiene de matarme.

— Helena — suspiro tocando el puente de mi nariz.

— ¿Helena, qué? — me desafía. — Te calmas o te prohíbo la entrada — acota con media sonrisa.

— No se cómo estás casado con ella — mascullo mirando a mi primo que sonríe observando a su esposa.

— Ella es lo mejor de mi vida — asegura él atrayendo a su mujer entre sus brazos con una gran sonrisa.