Capítulo 7.

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Ella pudo haber salido corriendo, pero no lo hizo, se quedó en esa mesa a mi lado mirándome con sorpresa, porque su cara reflejaba que no esperaba que sea el jodido rey de la mafia rusa y sin dudas cada día reafirmaba que no había elegido mal a mi reina. Alexia es de esas mujeres que no se asustan, sino que es la que te va enfrentar hasta buscar la respuesta que quiere, es fuerte y muy inteligente, no le tiene miedo a nada, podría tenerme miedo porque asesiné enfrente de sus ojos, pero no sigue a mi lado mientras reprimo mi risa observando como habla con Indiana sobre si le puede pasar la receta de la comida que está probando, como buen futuro esposo, se todo de ella y que por su tema de la celiaquía hay ciertos alimentos que le harían mal, por eso había pedido un menú especial para la reina de esta casa.

— ¿No comerá, señor? — pregunta Indiana.

— Dije que no iba a cenar solo quería mi vodka — contesto llenando mi vaso.

— Se más respetuoso en tu contestaciones — me regala Alexia. — No te levantaras de la mesa si no terminas tu cena — agrega con una mirada cargada de reproche.

— No soy un niño — respondo mirándola a los ojos.

— No se nota al comportarte como lo estás haciendo — ironiza.

— Hay días que se la pasa sin comer, solo está con esa bebida todo el día y todo sabemos que eso hace mal a qué se termine de recuperar — cuenta dándome una mirada de reproche.

— Come, Gavriel — repite Alexia.

— Lo haré, pero solo con una condición — alego con media sonrisa.

— Primero come y después escucharé tu condición — responde centrándose a degustar su cena.

Ella sabía jugar, pero no sabía que estaba enfrente de un ganador nato y por eso mirándola de reojo me puse a comer, tendrá que cumplir mi condición.

— Gracias señora — agradece Indiana al verme probar su comida.

— No es nada, solo se comporta como un nene caprichoso — comenta restandole importancia.

— Él siempre fue el más rebelde, un gran dolor de cabeza para la señora Kira, mientras que el señor Gauss era tranquilo, el señor Gavriel era el desastroso y se metía en problemas desde niño — le cuenta sonriendo.

— Gauss no es ni un santo — acoto chasquendo la lengua. Mi hermano puede ser tranquilo y más pensativo, pero nadie conoce ese lado sádico suyo que tiene cuando se meten con él o uno de los nuestros, Gauss enojado es capaz generar una tercera guerra mundial.

— No son unos santos, pero es el más sensato — reconoce Indiana.

— ¿Hace mucho trabaja con ellos? — le pregunta.

— Hace más de veinticinco años, tenían diez años cuando entré a trabajar en su cocina — responde sin borrar su sonrisa.

— ¿Cambiaron algo estos años? — consulta mirándome de reojo.

— El señor Gavriel no cambio nada — contesta dejándome mal enfrente de Alexia. — El señor Gauss si lo hizo desde que el pequeño Ignati llegó a su vida — agrega y debo darle la razón, mi hermano es otra persona desde el momento en que se enteró que era padre.

— ¿Ignati? —

— Ignati es mi sobrino, hijo de Gauss. Es un genio de la ciencia — digo con orgullo.

— El niño Ignati es la alegría de la casa, al igual que lo es el niño Sasha cuando nos va a visitar a Moscú — acota.

— ¿Qué sucede Antonily? — pregunto al ver venir a mi jefe de seguridad.

Imposible Olvidarte (1° SAP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora