Alexia.
Me encontraba sobre sus piernas abrazada a su cuerpo, sin intenciones de soltarlo, aprovechando estos últimos minutos que teníamos antes que suba a su jet para volver a Chicago. No quería dejarlo, pero ambos debíamos resolver cuestiones antes de volver a reencontrarnos de nuevo, mi corazón estaba por salir de mi cuerpo y las ganas de llorar amenazaban con hacerse presente en cualquier momento.
Nunca imaginé que mis sentimientos por Gavriel se hicieran más intenso en estas semanas que convivimos juntos en su gran castillo, no solo conocí más de él y su mundo, sino que a su familia, hasta me empezaba a llevar mejor con Natasha, eso era difícil de creer pero ambas habíamos congeniado mientras era mi maestra en los entrenamientos para moldear mi defensa.Por primera vez en mi vida sentía que tenía todo en Rusia, lo que hacía sentirme culpable porque no quiero dejar solo a mi padre, él también es importante y por eso mi corazón estaba divido, si quedarme definitivamente a lado de este loco hombre que me había enamorado o quedarme a lado de mi papá ayudándole con los negocios como venía haciendo hace años.
— ¿Estás mejor? — me pregunta mi rusito pasando su manos por mi espalda tratando de calmarme.
— Solo fueron las náuseas, estoy triste por dejarte — musito escondiendo más mi cara en su cuello.
— Solo serán unos días, prometo volver por tí y cuando lo haga no tendrás excusas de aceptar casarte conmigo — sentencia haciendo que sonría.
— Por lo menos trae una propuesta romántica contigo — bromeo al mirarlo a los ojos.
— ¿Eso quieres? — pregunta acomodando un mechón de mi cabello detrás de la oreja.
— Estás loco, mi ruso cavernícola — murmuro dejando un suave beso en sus labios.
— Te amo y voy a extrañarte — dice al estrecharme más entre sus brazos.
— Yo a tí — acoto mirando sus preciosos ojos y pasando mis manos por sus mejillas.
— ¿Cuál de las dos? ¿Me amas o vas a extrañarme? — pregunta con una sonrisa divertida.
— Señor — escuchamos acompañado del golpe de unos nudillos sobre el cristal del auto.
— Debo partir — digo con un nudo en mi pecho.
— Sí, debes hacerlo — asegura juntando nuestros labios en un ferviente beso.
Debía partir para dejarlo terminar con nuestros problemas, se que se avecinaba una guerra, que soy su punto débil y vendrán por mí en el preciso momento que todo se desate. Estoy preparada para lo que viene, si quiero estar con él siempre debía estar en alerta, se que su plan funcionará, pero debo ser fuerte.
— No tardes mucho en venir por mí o vendré por tí — le advierto cuando bajamos del auto rumbo al gran jet que cargaba mis cosas.
— Iré por tí, recuerda que tendrás dos guardaespaldas de ahora en adelante, no quiero quejas sobre el tema — me recuerda haciendo que ruede los ojos pero esa simple acción siento que todo a mi alrededor da vueltas.
— Gavriel — jadeo al agarrarme de su brazo.
— ¿Qué sucede, mi amor? — lo escucho preguntar mientras me sostiene.
— Me bajó la presión — le responde al aferrarme de nuevo a su cuerpo.
— ¡Llamen a un doctor! — grita.
— Espera — lo detengo. — Estoy bien, solo necesito un poco de sal o dulce y estaré como nuevo — aseguro sonriendo como sus brazos se vuelven más posesivos a mi cuerpo.
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Imposible Olvidarte (1° SAP)
RomansaPrimera historia de la Saga Atracciones Peligrosas. Alexia llevaba una vida monótona, se había estancado en ese club nocturno ayudando a su padre, aunque lo ocultaba no era feliz en ese lugar, extrañaba sus momentos de libertad, pero no podía ser un...