CAPÍTULO DOS.

615 34 3
                                    

—Se adaptara a nuestra actual misión. — decía Mercedes , tres a días después de mi admisión— Como sabrá, en los últimos días, se detectaron unos cinco crímenes en la zona Sur de L.A., hubo un terrible atentado a un centro comunitario de gran importancia en Nueva York, y una señal de alerta en el Oeste de California.... creemos..que fue...El Metal

-¿¡El Metal!? ¿el Metal no estaba muerto?—casi grité. El Metal era parte de la oraganización de ataque de la casa Blanca.

—Nos llego un mensaje de la CIA. Les envió un mensaje formado por El M,su amigo más duradero. El sarcasmo no es su fuerte,a decir verdad. Bien. Como tenemos todos que adaptarnos a su llegada, tuvimos que hacer cambios. Trabajará con Martina. Venga,ella esta por aquí.

Debajo de la escalera,había una puerta de metalque yo no había divisado antes. Mercedes la empujó,y la atravesamos. Lo que veo me asombra: una gigante sala,llena de toda clase de cosas de practica: desde tiro con cuchillo,hasta elementos de tortura, pasando por metralletas y otras cosas que no sabría definirles. Una inexpresiv chica,vestida completamente de negro,descalza sobre la madera,practicaba un tiro con cuchillo sobre uno de los blancos. Sin piedad de aquel pobre cartón, lo lanzó de forma veloz, y logré oir el repiqueteo del cuchillo contra el piso.

No solo dió en el centro,sino también lo atravezó.

—¿Martina? Ven aquí. Mmh,querida,te dije que...—reprendió Mercedes,mientras ella se acercaba.

—Que no andaze descalza cuando "Jugase" —hizo comillas con los dedos— con mis cuchillos.

—Deja de comportarte como si tuvieras cinco años,—replicó Mercedes con frialdad— y dedicate a escuchar. El señor Blanco y tú trabajarán en la misión actual,la del Metal.

Martina fruncio el ceño,pero no dijo nada.Mercedes nos miró alternativamente, y frunció también su ceño.—Saben algo, los dejaré solos. —se giró,pero se volvió mirando a Martina.—Y tú,—dijo,apuntándole con el dedo,por lo que la otra alzó las cejas—Socializa.

Lanzando una mirada asesina,abandono la sala,dando un portazo que resonó varios minutos.

Fueron los cinco minutos más incómodos de mi vida.

—¿Has practicado tiro de pistola con un blanco de hierro?—pregunto derrepente.

Me congelé al instante,el tono de su voz no era el mismo, era uno más curioso y dispuesto,muy a su pesar, a sociaizar.

—No.—dije,vacilante.

—¿Te gustaría aprender?

—¿Tal vez?

Rió amargamente.—Vamos. Te enseño.

 Era , sin duda alguna, la forma de socializar más extraña que he visto.

Y  creo que funcionó...Bueno, eso espero.



THE SPY | Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora