Epílogo.

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Tic, toc. Martina abrió los ojos gracias al reloj del frente de la sala blanca. La mujer junto a ella dormitaba levemente, pero Martina no la conocía. Y no estaba vestida de enfermera.

- Tini -susurró Lodovica, mirándola con pena. 

-¿Qué diablos pasó?

- Todo explotó - murmuró su amiga, tocándose levemente el vendaje de la cabeza -. Todo. Te caiste y golpeaste la cabeza con no sé que mierda del suelo. Y luego comenzaron a disparar hacia todos lados, alguien trató de tacharnos de antemano. Todo les salió mal, por lo que oí antes de caer, esa bomba jamás debió explotar. Y luego nos quisieron matar de un tiro porque, obviamente, eso no nos elimino. Y luego... -se atragantó-... y luego le dieron.

-¿Qué? ¿A QUIÉN LE DIERON? - se desesperó Martina.

-A Jorge. Le dieron a Jorge.

El mundo de Martina comenzó a moverse. Una pitido o dos invadieron el lugar.

  Con su sonrisa maliciosa, el ángel insensato, confiando alegremente en mi dañada moralidad, me encomendó tan delicado ser.  

No, ¿qué diablos? Yo ni siquiera he leído ese libro. 


-¡Martina! ¿Martina? -escuchó levemente antes de caer.

Dos semanas después.

-¿Y cómo está?

-No tengo la menor idea. Iré a verlo ahora.

-Claro, nos vemos.

Martina camnó por el pasillo del hospital. Hace dos semanas apróximadamente la habían "soltado" de aquel lugar. Receta: No esfuerzo, no ira, no tristeza, no alegría, no presión. Básicamente no sentir. Martina pensó que eso le sería fácil, hasta que lo vió en esa camilla. 

En coma. Casi muriéndose. 

Por ella. 

Sujetó la mano de Jorge levemente con cuidado de no tocar los cables que lo conectaban a la estabilidad.  Levemente besó su frente.

-Te quiero.

-Y yo a tí.

De un salto se apartó de la camilla, sobresaltada. Jorge le sonrió.

 -¡Estás despierto! ¡Oh Dios! 

- Wow, cálmate. Oí al doctor. Relájate. 

- ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué recibiste el balazo por mí?

-Porque, bueno, no sé si te lo he dicho... pero eres mi como mi heroína favorita. Y los héroes no se mueren. ¿O sí?

Ella se rió juntando las frentes de ambos. -Eres un idiota.

- Y tú una espía. Dime algo que no sepa.

Le dió un simple beso, antes de que Lodovica, Ruggero y Facundo entraran celebrando. 

Al fin, todo estaba bien. 


THE SPY | Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora