Capítulo 58: El vecino nuevo.
Bostecé entrando a la casa. Desde que Kim estaba incapacitada no sentía la presión de ir a recogerla de momento no existía.
Fruncí el ceño al oir una voz masculina en la sala, conversando con Kimberly.
- ¿Y qué tienes pensado estudiar?- preguntó la voz de mi esposa.
- Economía, señora Collins.- respondió el tipo.
- Llámame Kim.- le dijo ella.
Caminé a la sala, donde efectivamente estaba mi esposa acompañada de un chico que no pasaría de los diecisiete años.
- Oh, hola, cielo.- Kim me volvió a ver extendiendo su mano a mi.- Este es Alex, su familia se mudó hace unos días a la residencia.
- Oh, bienvenidos.- le sonreí al chico sentándome al lado de Kim.- ¿Como te sientes?- dejé una de mis manos en su estómago.
- Bien.- respondió sonriendo.
- ¿Cuantos meses tiene, seño... Kim?- preguntó Alex.
- Siete y medio.- respondí sabiendo que la rubia iba a responder en semanas.
Y a nadie le agradan las madres que responden en semanas.
- ¿Son niños?- ladeó la cabeza.
- Niño y niña.- respondió Kim volviéndome a ver un momento.
- ¿Como los van a llamar?- preguntó.
Este niño hace muchas preguntas, no me cae bien...
Espera, Alan, eres criminalista...
Ignoremos el hecho que le hago muchas preguntas a los médicos forenses.
- Aún no lo hemos elegido.- sonrió ella.
- Deberíamos, en un mes nacen.- reí volviéndola a ver.
- ¿Tienen alguna idea?
- Algunos en mente.- aseguró Kim.
Un teléfono comenzó a sonar, los dos volvimos a ver a Alex, de donde provenía el ruido, incómodamente sacó el teléfono.
- Es mi mamá, supongo que tengo que ir a cenar.- revisó su teléfono.- Muchas gracias por todo, Señora Co... Kim.
- No te preocupes. Ven cuando quieras. Es agradable hablar con alguien y no estar completamente sola.- le sonrió ella.- Cielo, acompáñalo a la puerta.- Kim golpeó mi hombro ligeramente.
Gruñí un poco parándome. Había pasado ocho horas recogiendo una escena del crimen en un auto, para variar bajo el sol a una temperatura de unos veintisiete grados.
Lo menos que quería hacer era levantarme.
- Gracias por acompañarla.- le dije abriendo la puerta.- Ven cuando quieras, le hace bien la compañía mientras trabajo.
Su teléfono volvió a sonar, haciéndolo detenerse para contestar.
- Lo haré, gracias, Señor Collins.- volvió a verme alejándose a su casa.
Suspiré regresando a la sala, donde Kim se había parado y recogía dos tazas de té que posiblemente le habría ofrecido al chico.
- Déjame.- le dije acercándome para tomarlas.
- Por favor, Alan, estoy embarazada, no soy inválida.- rodó los ojos caminando a la cocina.- Además, yo le di el té, puedo recogerlo.- aseguró dejándolas en el lavavajillas.- Deberíamos elegir ya los nombres.
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Hey, imbécil [Hey 1] TERMINADA
RomancePara Alan, ella era un sueño, la chica un año menor que él, que había conocido durante el instituto y de la que se había enamorado, siendo incapaz de expresar sus sentimientos, resguardandolos tras una sonrisa burlona y suspiros silenciosos. ¿Y que...