Final-

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Capítulo 63: Miami.

- ¿M... ¿Miami?- fruncí el ceño, asintió con su cabeza.

- Lo sé, no, no lo haré.- relamió sus labios y negó.- Toda tu familia está aquí, no te voy a alejar de ellos.

- Mi familia está aquí.- señalé la habitación, a los niños y a ella.- Y si nos vamos a Miami mi familia estará ahí.

Tenía razón en lo que decía, si bien toda mi familia y nuestros amigos estaban aquí, también la familia de ella estaba allá. Y al final mi familia era ellos tres.

- No quiero forzarte a mudarte.- ladeó la cabeza viéndome.

- No me estás forzando a nada, cielo.- alargué la mano para limpiar una lágrima que caía en su mejilla.- Por eso lo estamos hablando.

- Pero no quiero ser yo la que te aleje de tus...

- No me vas a alejar de nadie, Kim, siempre puedo viajar a verlos.- me encogí de hombros.

No me ilusionaba mucho la idea de ir a vivir a Miami, sobre todo por el clima húmedo que siempre me terminaba deshidratando. Pero entendía perfectamente la situación.

Kim siendo la única de los hijos Hoffman que había sacado una licenciatura que pudiera servir para la administración general del hotel.

Si planeaban que la empresa siguiera siendo familiar ella tendría que ser la directora ejecutiva y sabía que a Jacob le importaba mucho que permaneciera siéndolo.

Y me negaba a ser yo el que se interpusiera en ello.

- ¿Recuerdas lo que te dije el día que saliste del hospital luego de estar en coma?- acaricié su mejilla suavemente.

- Umh, "¿necesito hacer la compra del supermercado?"- ladeó la cabeza, solté una carcajada negando.

- En la noche, antes de dormir te dije que yo te acompañaría al fin del mundo.- moví unos mechones de cabello detrás de su oreja.

- ¿Lo dijiste antes o después de tomarme el medicamento? Por que no lo recuerdo.- frunció el ceño tratando de recordarlo.

- Creo que después...

- Oh, estaba drogada, tiene sentido.

Meghan comenzó a gatear a nosotros mientras Ty jugaba con su peluche del Pato Donald. La levanté para sentarla en mi regazo, abrazándola.

- Ustedes todavía no han ido a Miami.- le dije viéndola a ella y a su hermano.

- ¿En serio estás dispuesto a irte de D.C para que yo pueda trabajar allá?- preguntó, con sus ojos llenos de lágrimas de nuevo.

- No llores, cielo. Estoy dispuesto a todo con tal de quedarme a tu lado.

Se inclinó hacía mi para besarme, con cuidado de no aplastar a Meg, la bebé, que no se vio bastante complacida con la demostración de afecto de Kim hacía mi comenzó a empujarla lejos, haciéndola reír.

- Es mi esposo, ¿lo sabes?- levantó una de sus cejas viendo a nuestra hija, que había cambiado de posición para abrazarme.- Dios, muero de hambre, prepararé algo de comida. Y me llevo a mi hijo, el que si me quiere.- le sacó la lengua a Meg mientras levantaba a Ty.

- ¿Te estás rebajando a la altura de una niña?- fruncí el ceño sonriendo mientras la seguía a la cocina con Meghan.

- Así es.- respondió dejando a Ty el una de las dos sillas mecedoras para bebé que habíamos puesto en la cocina.

Para ayudarle dejé a Meg en la otra silla, apenas me acerqué me jaló de la camisa para besarme (con lengua y todo). Al separarse volvió a ver a Meghan.

Hey, imbécil [Hey 1] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora