Capítulo 14

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Keira.

Los ojos de Miles registraron todo el lugar —como solía hacer siempre— hasta que su mirada se encontró con la mía; las comisuras de sus labios se comenzaron a elevar, pero al instante volvieron a su lugar y su entrecejo se hundió ligeramente al ver a mi acompañante y la manera en que sostenía mi mano. Por alguna extraña razón, sentí el impulso de quitar la mano, pero no lo hice. Una idea muy loca se me cruzó por la mente y, antes de que mi cerebro pudiera razonarla, ya la estaba haciendo.

Le sonreí amable y volví mi vista hacia Zach.

—Entonces, te felicito por tus buenos gustos y fingiré que no despreciaste mis donas —continué la conversación como si no hubiese pasado nada.

Él rió por lo bajo.

—No las desprecié, solo... No me gustan —se encogió de hombros.

—Qué raro eres —lo miré mal.

—Así te gusto, ¿no? —enarcó una ceja.

Bueno, esa es una pregunta muy específica.

—¿Tú qué crees? —imité su gesto.

Sonrió, mirándome a los ojos.

Alguien se acercó, jalando una silla y sentándose en nuestra mesa. Ni siquiera tenía que mirar para saber quién era.

—Hey —saludó sin mucho ánimo y extendió su mano hacia a Zach para saludarlo—. ¿Me recuerdas?

Reprimí una sonrisa victoriosa.

—Agente Henderson —Zach asintió y tuvo que soltarme para estrechar la mano de Miles.

Buena jugada, Sherlock.

—¿Agente Henderson? —me burlé—. Su nombre es Miles.

Él me miró con una ceja enarcada.

—Solo mis amigos me llaman Miles —respondió y esbozó una sonrisa ladina—. Y también las chicas, claro.

La sonrisa se esfumó de mi rostro al instante y tomé de mi frappé de mala gana. Él mantuvo la suya, haciéndolo lucir triunfal.

—No tengo problema en llamarlo Agente —comentó Zach.

—Me alegra que no lo haya, porque si lo tuvieras, eso sí sería un problema —ladeó su cabeza.

Zach parpadeó, desconcertado.

—Creo que me he perdido un poco.

—Está bromeando, ignóralo —fingí una sonrisa.

—Sí, solo bromeo —asintió y me quitó el frappé de la mano para tomar de el—. Debo suponer que están en una cita, ¿cierto?

—Brillante deducción, Sherlock —lo miré mal y le quité el vaso.

—Sí, se podría decir —Zach respondió divertido al ver nuestra pelea.

—Qué lindo —fingió una sonrisa y tomó una dona del plato—. ¿Puedo?

Entorné los ojos, mirándolo fulminante.

—Seguro, no creo que Keira se las coma todas —Zach rió, aceptando por ambos.

—Sí es capaz —respondió Miles, divertido.

Esbocé una sonrisa inocente.

—¿Y Dan? —pregunté, cambiando el tema.

—Estuvo en el turno de la noche, así que está en casa ahora —mordió la dona y soltó un gemido de satisfacción—. Esto está delicioso, ¿por qué nunca me lo habías recomendado, Keira?

Atrápame si puedes (Completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora