Keira.
Miedo.
El miedo era una reacción que no solía tener en mi vida diaria. Desde aquella tarde donde mi vida cambió por completo, el miedo jamás volvió a aparecerse... Hasta ahora.
Mi corazón latía fuertemente contra mi pecho, sentía como la adrenalina inundaba todo mi cuerpo y la sangre se concentraba en mis piernas, las cuales estaban listas para huir.
Pero no podía.
El miedo me había paralizado por completo, justo como aquel día.
—Eres más bonita de cerca, Keira —acercó su nariz a mi cabello e inhaló profundamente—. Hueles muy bien.
Tragué duro.
Desvié mi mirada hacia mi bolso en el suelo; mis pertenencias estaban esparcidas a unos cuantos metros. Mi mente empezó maquinar teorías y posibilidades.
Él ni siquiera le había prestado atención a mis cosas. Definitivamente, esto no era un asalto.
Me había llamado por mi nombre. Quizás era un acosador que había ido a la cafetería algunas veces y por eso no lo reconocía.
Dejando de lado todo eso, obligué a mi cerebro a concentrarse en lo que haría para librarme de él. Sabía que, aunque no estaba en una posición ventajosa, podía lograrlo. Me había preparado para situaciones como esta, era capaz de hacerlo.
Intenté mover mi mano, disimuladamente, hacia su brazo, pero fui interrumpida al sentir un metal frío contra mi sien; no tenía ni siquiera que mirar para comprobar lo que era: una pistola.
—Cuidado con lo que intentas hacer —advirtió—. No creo que te veas igual de bonita con un hoyo en la cabeza, ¿o sí?
Joder.
Estaba en desventaja total. No podía actuar precipitadamente, necesitaba analizar mejor la situación.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres? —murmuré contra su mano.
Soltó un suspiro de satisfacción, como si hubiese esperado esa pregunta con ansias.
—Voy a soltarte, pero no vas a gritar, ¿entiendes? —asentí—. Vamos a hablar como personas civilizadas, cualquier movimiento extraño, no dudaré en disparar.
Asentí nuevamente.
Que quisiera hablar conmigo, fue un indicio de que la situación no era tan peligrosa como aparentaba serlo, lo que me hizo aligerar un poco mi ansiedad, pero no bajar la guardia.
Él quitó su mano de mi boca y, en un movimiento rápido, me empujó contra la pared y presionó el arma contra mi abdomen. Para mi sorpresa, no llevaba ningún tipo de máscara, lucía joven, no mucho mayor que yo, sin embargo, por la oscuridad del lugar no podía detallarlo perfectamente. Lo único de lo que estaba segura era de que jamás lo había visto en mi vida.
Una idea cruzó por mi mente y apreté mis puños a mis costados.
—Te envió él, ¿no es así?
Su sonrisa se ensanchó confirmando mis sospechas.
—Digamos que sí, pero no.
Fruncí el ceño, confundida.
—Él me dijo que te siguiera de lejos y eso he hecho, pero... —con su mano izquierda tomó un mechón de mi cabello—. Me temo que no pude evitar acercarme a ti.
Evité con todas mis fuerzas hacer un gesto de asco y darle un golpe en la mano para que me soltara el cabello.
—¿Te mandó a que me siguieras? —pregunté, incrédula.
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Atrápame si puedes (Completa✔️)
AksiDos mentes brillantes. Ella para el crimen. Él para la justicia. Esto se convertirá en una guerra de inteligencia y estrategias. Solo habrá un ganador. ¡Bienvenido al juego!