Capítulo 2

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Miles.

Tomé lugar en la mesa junto al Oficial Adams y me mostré seguro ante las miradas de los demás policías.

—Muy bien, ¿estamos todos? —preguntó.

—Sí, señor —respondió alguien.

—Bueno, los he convocado a esta reunión para tratar algunos asuntos que el agente Henderson y yo consideramos son de vital importancia.

Noté a una gran parte de ellos cruzarse de brazos y reprimí una sonrisa burlona.

—Ustedes son los que normalmente salen a patrullar y atienden los llamados, ¿no es así? —pregunté.

Ellos asintieron sin mucho ánimo.

—¿Quiénes hicieron los reportes del asalto de anoche? —me recargué sobre la mesa.

—El Oficial Smith y yo —dijo un joven no mucho más grande que yo— ¿Hay algún problema?

—No, no realmente.

—El agente y yo... —hizo una pequeña pausa y rió— bueno, en realidad, solo fue él —corrigió— descubrió un par de cosas acerca del presunto asaltante.

Nuevamente, fui el centro de las miradas de todos.

—Bueno, uno de los puntos más importantes es que pudimos confirmar que es una chica.

Una risa sin gracia resonó en la sala. Fruncí el ceño hacia el Oficial que me había recibido "amablemente" en la mañana.

—¿Una chica? ¿Hablas en serio? —preguntó incrédulo.

—Así es, Oficial, ¿por qué es tan gracioso? —enarqué una ceja.

Miró a sus compañeros con obviedad, pero ninguno le mostró simpatía.

—¡Vamos, es absurdo! —negó— ¿Una chica? ¡Por Dios!

—En la Academia tuve compañeras que, si se enfrentaran a usted, no les representaría un gran problema —sonreí falsamente.

—Pero, no puede saberlo a ciencia cierta —insistió— no se percibe nada de su apariencia, ¿cómo podría...?

—Oficial Hank —intervino con seriedad el Comisario— ¿Duda de mi palabra?

Parpadeó desconcertado y negó rápidamente.

—No, señor.

—Entonces, escuche al agente Henderson, que yo he comprobado la veracidad de sus palabras.

—Sí, señor —murmuró de mala gana.

—Agente, continúe —ordenó el Oficial Adams.

Me mordí el labio evitando sonreír victorioso y asentí.

—Tengo una pregunta —alzó su mano el joven que me había respondido antes.

—¿Sí?

—¿Cómo saben que era una chica?

—La cámara de seguridad de la calle —respondí.

—¿Sirven? —el oficial Smith frunció el ceño.

—Solo una.

Los demás compartieron miradas de asombro.

—Bueno, entonces, lo que sabemos es que es una chica —comentó el oficial Adams.

—También que, según el hombre que la intentó detener, sabe pelear —agregué.

El policía joven soltó un silbido de asombro.

Atrápame si puedes (Completa✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora