ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ⁸

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El tiempo pasaba y T/n estaba cada día más segura que aceptar ser amiga de Mirio fue una buena decisión, ahora podía charlar con él y pasar tiempo juntos sin la necesidad de estar rechazándole a cada segundo

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El tiempo pasaba y T/n estaba cada día más segura que aceptar ser amiga de Mirio fue una buena decisión, ahora podía charlar con él y pasar tiempo juntos sin la necesidad de estar rechazándole a cada segundo.

En ese mismo instante la Bakugō caminaba con un rostro pacífico por los pasillos de los de tercer año, escuchaba a algunos murmurar sobre ella, después de todo era conocida por su supuesta "mala personalidad".

Pero por favor, si ella era un amor de persona.

Al llegar al aula que buscaba simplemente abrió la puerta de forma brusca escuchando variados tipos de chillidos al reconocerla, ella sólo entró sin importarle los demás  y buscó con la mirada a cierta persona que siempre solía destacar, pero no le encontró.

Algo molesta por no verle ahí como se esperaba chasqueó la lengua e identificó el asiento de Mirio, se fue a sentar subiendo sus piernas sobre la mesa para después dejar los bentōs que llevaba a un lado y comenzar a beber un juguito en caja.

Aprovecharía el momento para mirar por la ventana y reflexionar sobre su vida, a veces le gustaba recordar que no era tan mierda como creía.

Empecemos a recapitular:

Habían pasado ciertas semanas que se fueron convirtiendo en meses y debía admitir (muy a su pesar) que se sentía muy a gusto con las cabeza de The Big Three a tal punto de que hoy le pidió a la plaga de su hermano que le cocinara dos bentōs con sus prestigiosas manos que según ella tenían un don para la cocina.

Casi le explotaron todo lo que se llama trasero, pero logró obtener los milagrosos bentōs.

Aunque pasando a otro tema aún no entendía con certeza el por qué se sentía tan bien al estar cerca de Mirio viéndolo aunque sea sonreír o contar algo tan estúpido o irrelevante como el hecho de que su mejor amigo no tendría trabajo ese día.

No entendía del todo que sucedía dentro de ella y tampoco entendía cuál era el cambio que sentía en si misma, es decir, normalmente nunca socializaría con alguien como el rubio, prácticamente aborrecía a las personas como él, pero aún así ahora era rutinario estar todos los descansos y salidas juntos ¡Hasta había permitido que la acompañara a su hogar!

Sin contar el hecho de que ahora era normal saltarse la mitad de las clases de Present Mic con tal de pasar algo de tiempo con Mirio al cual solía esperar para el descanso, a pesar de que decía que sólo era por aburrimiento sabía perfectamente que en realidad sólo quería estar un poco más de tiempo con el Tōgata.

Porque ¿Cómo se aburriría si amaba fastidiar o sacar de quicio a su profesor a cargo? ¡Incluso ya llevaba un mes sin explotar el aula!

Sin duda se sentía algo perdida respecto a sus sentimientos, no lograba descifrar qué era lo que le sucedía y eso era molesto.

¡Joder, quiero explotar algo!

— ¿Quién la va a sacar del aula? ¡D-Da miedo!

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¿Quién la va a sacar del aula? ¡D-Da miedo!

Los murmullos se escuchaban afuera del aula de tercer año confundiendo a Mirio el cual volvía de ir a dejar a Tamaki con su novia ¿Qué estaba sucediendo?

¡Tōgata, que bueno que llegas! — Un chico de otra clase lo interceptó. — Tú hablas con la rarita que explota todo ¿No?

Si hablas de Bakugō-chan, no es ninguna rari--. — Fue interrumpido por el chico.

¡Sólo sácala de aula, nadie más quiere entrar! ¡Nos asusta!

El chico totalmente confundido se decidió a entrar a su aula y ahí pudo ver como su tierna Bakugō-chan aplastaba una cajita de jugo en su mano mientras murmuraba un rosario de insultos y pateaba levemente la mesa en donde tenía apoyadas sus piernas.

¡Bakugō-chan! ¿Qué haces aquí? — Al oír la voz del rubio la fémina miró rápidamente en su dirección con el ceño fruncido.

¡Llevo esperándote una jodida vida! ¡¿Cómo diablos demoras tanto, basura?!

Al oír que lo insultaba sonrió alegremente, esa era su T/n.

Lo lamento, estaba con Tamaki. — Se disculpó mientras acercaba una silla y se sentaba al lado de la Bakugō que bajó sus piernas de la mesa y dejó dos bentōs sobre esta. — ¿ . . . ?

¡¿No es obvio?! Traje un puto bentō para ti así que traga. — Le extendió su bentō bruscamente y comenzó a comer del suyo.

¡En verdad me siento muy feliz de que vinieras a buscarme! ¡Hasta me hiciste un bentō! — Mirio miraba con una gran sonrisa a la Bakugō que solo desvío la mirada mientras comía un poco de su katsudon.

Lo hizo Katsuki, me costó convencerlo, pero... — Se rascó la mejilla con un dedo en señal de nerviosismo. — Supongo que quería traerte el almuerzo. — Susurró por lo bajo con el ceño fruncido.

Bakugō-chan...

Mientras la Bakugō comía creyendo que no había sido escuchada, Mirio la miraba con los ojos brillando, por fin habían progresado. 

Solo un poco más... Un poco más y ella entendería que seguramente estaban destinados.

De todas formas, me alegra que me hayas traído un bentō ¡Gracias, me haces feliz! — Al ver al rubio sonreír con los ojos cerrados la fémina sintió su pecho cálido.

Maldición. — T/n soltó un suspiro algo frustrada. — ¿Qué me está pasando... ?

 ?

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〖Explosiva ☯ Tōgata Mirio〗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora