Capitulo 27

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Se encontraba toda la familia Jáuregui en el comedor, Lauren estaba allí, pero su mente no, porque no podía dejar de pensar en aquella nota que había recibido, quien podría ser, quien más sabía, era una broma? Pensaba en las consecuencias que le traería, pues su padre la había amenazado con enviarla a un internado si volvía a fallar, y ella estaba mintiendo con lo de las clases extracurriculares, el miedo e impotencia, se apoderaban de ella, que hubiera pasado si la nota la recibía alguno de sus padres. Su mente aun vagaba, que podía hacer con aquello, era un problema, tenía que encontrar a la persona que le había enviado la nota, que es lo que quería, cuál era el motivo, analizaba si debía dejar el equipo para no correr el riesgo, pero como podría, estaban en temporada de entrenamiento, para el torneo y también le gustaba jugar, su cabeza no daba más, estaba tan distraída pensado, que no se dio cuenta, lo que había hecho hasta que escuchó el grito.



¡MICHELLE!- escuchó la voz grave de su padre y dio un salto por el susto.- ¿ESTÁS CIEGA?- había derramado un vaso con refresco de cola sobre la mesa.



Perdón...- dijo en voz baja y comenzó a querer limpiar lo que había hecho pero sus manos temblaban.



Sus dos hermanos menores se dieron cuenta, Chris la veía con cara de interrogación, Taylor que había presenciado junto a Rosé aquel ataque de pánico que había tenido, se levantó para ayudarla pero fue detenida.



¡Déjala!- escupió el padre de Lauren.- Tiene manos para hacerlo ella.- le dijo a la menor.



Estoy bien Tay.- Lauren le dijo a su hermana, mientras se levantaba de la mesa para recoger el desastre que había hecho.



Deberías tener más cuidado Michelle.- la madre había hablado con un poco de reproche, siguió los pasos de la ojiverde.



Si madre lo siento, lavaré el mantel.- contestó a su madre, pero parecía que comenzaba a sentir enojo por todo lo que su papa decía de ella al aire, pues de tonta no la bajaba.



Sería el colmo que no lo hicieras Michelle.- el padre de Lauren respondió en lugar de su madre, la ojiverde sintió como el coraje subían en forma de palabras por su garganta y no pudo más.



¡Podrías parar, ya!- lo dijo casi gritando, dirigiéndose a su padre, se había cansado de escucharlo llamarla por el nombre que no le gustaba. Retenía la impotencia, miedo y coraje que sentía por todo lo que acontecía, sobre todo lo de aquella nota. Inconscientemente culpaba a sus padres, pues de no ser por ellos, no tendría la necesidad de mentir.



Todos enmudecieron al escuchar la manera en que había respondido, su madre no lo podía creer, sus hermanos sentían miedo por ella, ella misma sintió en ese momento miedo, vio a los ojos a su padre, y parecía que había podido ver fuego dentro de ellos, todo era coraje, porque nadie le podía levantar la voz, menos ella siendo su hija, mucho menos ella siendo Lauren, y ahora le había faltado al respeto, todo fue muy rápido, acción por reacción, todo paso en un segundo, la ojiverde había estrellado su cara en el refrigerador debido al gran puño de su padre que ahora la sostenía por el cabello.

Una vez más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora