Capitulo 13

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Las cosas no siempre salen como esperamos, el destino se encarga de cambiar el rumbo de los acontecimientos, sean buenos, sean malos, aunque algunas veces está dentro de nosotros el cambiar la situación.


Era lo que había pasado con Lauren, y la que era su amiga, Rosé, había pasado un mes y la Australiana había desaparecido después de lo sucedido en la preparatoria, no respondía ni las llamadas, ni los mensajes de la ojiverde, no estaba en su casa ni la chica rubia, ni su amiga Jisoo, a la escuela no iban, y lo único que sabía Lauren, era que tenían un permiso de ausencia indefinido, buscaba la manera de contactar, los intentos de la pelinegra habían rebasado los límites, había optado por meterse a la casa de sus vecinas forzando una de las ventanas, aunque había sido en vano, a este punto la morena ya se había desesperado, sólo quería una cosa, no perder a su amiga, Lauren se encontraba confundida su corazón sentía mucho dolor de sólo pensar que jamás tendría más en su vida a Rosé y no sabía porque sentía aquello, pensó en muchas ocasiones si en realidad, habría la posibilidad de que sintiera los mismos sentimientos que Rosé sentía por ella, pero no, ella estaba enamorada en secreto de Camila.



Esa madrugada se encontraba, dentro de aquella sala de estar, quería encontrar algo que pudiera darle alguna pista de dónde podría encontrar a aquellas dos Coreanas, se había metido por una de las ventanas de la cocina, se adentró por el pasillo de aquella casa hasta dar a las escaleras del segundo piso, subió y llegó a aquella habitación color azul celeste, era de Rosé, pensó que algo tenía que encontrar allí, buscó en la pequeña cómoda, en cada cajón, se dió cuenta que a aquel portaretratos de aquella mesita de noche le faltaba algo, la foto, aquella foto era la que se había tomado junto a Rosé la primera vez que la llevó a la cafetería Inn.







Seguro la rompió....








Estaba tan metida en buscar algo que le diera una pista de dónde podría estar, de repente escuchó un ruido que provenía de la parte de atrás de la casa, justo en la cocina, caminó hacia afuera de la habitación, comenzó a bajar las escaleras sigilosamente, sentía que alguien más había entrado, casi al final de la escaleras diviso una raqueta de tennis, la tomó en sus manos y terminó de bajar para llegar al pasillo, lo que no sabía era que por el lado de la cocina una chica con cabello negro venía hacia ella, por aquel pasillo, la chica también se percató de que alguien más había entrado en la casa, por protección en sus manos traía nada más y nada menos que una escoba, la dos caminaban, a la par, una para llegar a la otra, todo estaba oscuro y les era muy difícil diferenciar entre la oscuridad.










AAAAAAAAH!- se escuchó al unísono.






Aquellas dos chicas estaban ahora en el suelo, cada una sobando su cabeza, por el golpe que una le había dado a la otra, al parecer Lauren había recibido la peor parte pues el palo de la escoba se había roto contra su cabeza, por parte de la otra chica no había sido tan grave el golpe y por eso se puso de pie rápidamente, aunque aún sobaba su cabeza, tomó lo que le quedó de la escoba y se puso en pose de defensa.





Es mejor que te vayas soy cinturón negro en taekwondo!- dijo la otra chica que estaba de pie. 




Lauren escuchó, e intentó ponerse de pie. La otra chica se abalanzó sobre ella y tomó una de sus manos, jaló a la pelinegra pasándola por arriba de su espalda, tal acto hizo que en segundos la ojiverde estuviera en el piso y una a la otra se vieran a los ojos.




Rosé?...


Lauren?...




Rosé que se había teñido el pelo oscuro, vió a los ojos a Lauren y Lauren vió a los ojos a la Australiana con el puño muy cerca de su cara.




Una vez más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora