𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘 | 𝗡𝗖𝗧 𝗥𝗘𝗔𝗖𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦

𝐊𝐢𝐦 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐰𝐨𝐨

No te alegró nada saber que tu amiga te había comprado secretamente un boleto de avión en clase ejecutiva. Pero después de tomar asiento, le agradeciste mentalmente.

Era la primera vez que volabas con tanto lujo y, como era un vuelo nocturno, no podías esperar para recostarte y dormir. Tenías el asiento junto a la ventana y ya te sentías cómoda cuando alguien colocó su bolso en el asiento de al lado. Observaste a la persona por el rabillo de tu ojo. Era un tipo alto y guapo, que actualmente estaba tratando de colocar su mochila en el compartimiento superior.

Tus ojos se sintieron atraídos por su camiseta blanca, la fina tela mostrando su piel color miel y músculos tonificados debajo. Tragaste saliva visiblemente, tus ojos vagaron hasta su cuello, luego a su rostro y finalmente a sus ojos. Cuando te das cuenta que te estaba mirando fijamente.

Sonrojándote al darte cuenta, giraste la cabeza y volviste a mirar por la ventana. ¿Por qué tenías que mirarlo así? Estabas demasiado avergonzada para mirarlo, mientras se sentaba a tu lado, exhalando ruidosamente. Aún te estabas maldiciendo a ti misma, cuando el extraño a tu lado se aclara la garganta.

—Disculpe. —habló en voz baja. Con cuidado, volteas la cabeza para mirarlo. Tenía una bonita sonrisa en su rostro y sus ojos eran grandes y brillantes. Maldita sea, parecía un dios.

—¿Sí? —arqueaste las cejas levemente. El chico señaló el bolso a tus pies.

—¿Quieres que te lo ponga en el compartimento superior? —parpadeaste confundida, antes de sonreírle.

—No, esta bien. Pero gracias. —lo viste asentir con satisfacción, antes de que se acomodara de nuevo y entrar en una conversación natural con otros chicos de la fila del medio.

Ahora que lo mirabas de cerca, parecía que conocía a la mitad de personas de la clase ejecutiva. Dejando de lado tus pensamientos, te relajaste de nuevo y observaste cómo el avión se preparaba para despegar.

Realmente disfrutaste volando. La vista era estupenda y la comida era buena y, por primera vez, pudiste relajarte, ver películas y no preocuparte de que alguien te llamara. No es que la gente te llame a menudo de todos modos, pero aún así.

Trabajas como fotógrafa para una revista, y a menudo, viajas a diferentes lugares. Pero esta vez ibas de camino a Singapur, donde se casó tu mejor amiga. Te había pedido que tomaras fotos de la boda, lo que te emocionaba aún más.

Después de sentir que el vuelo era seguro, sacaste tu cámara del bolso, queriendo capturar el hermoso paisaje exterior. El sol se estaba poniendo, pintando el cielo en hermosos tonos naranjas y púrpuras. Era un espectáculo que siempre apreciabas, incluso después de haberlo visto cientos de veces.

—Es hermoso. —murmura de repente el extraño a tu lado, asustándote de la sorpresa. Lo miraste, notando su linda sonrisa de nuevo y asentiste lentamente.