𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘 | 𝗡𝗖𝗧 𝗥𝗘𝗔𝗖𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦

𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐓𝐚𝐞𝐢𝐥

El sol aún no había salido cuando abres los ojos y sientes el cansancio en tu cuerpo sobre el suave colchón de tu cama. Las sábanas se sientes frescas contra tu piel, al igual que la brisa del aire acondicionado cuando notas que ya no estás debajo de las sábanas.

Parpadeas tratando de que tu vista se adapte a la oscuridad, tratas de buscar las sábanas, pero sabes muy bien a dónde habían ido.

Instintivamente, estiras el brazo y alcanzas al culpable que está al otro lado de la cama, envuelto en todas las sábanas como un bebé. Tus dedos hacen contacto con su torso y te giras, acercándote más.

Tus brazos lo rodean y tu nariz acaricia su hombro, en un estado de somnoliento, Taeil agarra tu mano y la acerca a sus labios, dejando un suave beso en tus nudillos.

—¿Qué estás haciendo despierta cariño? —murmura, completamente ajeno a la piel de gallina que se extiende por tus piernas.

Resoplas.

—Estás acaparando todas las sábanas.

Taeil mira por encima de su hombro, comprobando si lo que dijiste era verdad, luego se ríe.

—Lo siento. —susurra.

Se da vuelta para mirarte, levanta la colcha con un brazo y te acerca a él. La calidez de su cuerpo y la suave tela de las sábanas son tan acogedoras que no puedes evitar acercarte aún más.

—¿Mejor? —pregunta, aplastando su mejilla contra la parte superior de tu cabeza. Asientes contra él, respirando su aroma y murmurando un "Mucho mejor" ligeramente.

El sol está comenzando a aparecer, iluminando de tonos naranjos brillantes el dormitorio, haciendo que se te haga difícil conciliar el sueño otra vez.

Al estar tan cerca de él, no puedes resistirte a besar su cuello, tus labios recorren su piel, dejando el más mínimo rastro de besos. Suspira, estremeciéndose ante la sensación.

—¿Qué hora es?

—No lo sé —dejas otro beso. —Pero ya está saliendo el sol.

Él afirma con un balbuceo y abre un ojo. Te mira y tú lo miras hacia arriba, dejándole un último beso en la barbilla.

Taeil sonríe ante tu afecto y se le ocurre una idea.

—¿Qué te parece si nos levantamos temprano? Podemos ir a esa cafetería que te gusta, tomar un café, comer pasteles y luego salir a caminar.

—En unos minutos más... —protestas cerrando tus ojos nuevamente. —Estás calientito...

—Sí —se ríe. —Estaba debajo de todas las sábanas.

—Entonces, ¿admites que las robaste? —bromeas, apenas logrando fingir un tono acusatorio.

—Culpable —suspira. —Pero si esto es lo que me pasa por robarlas, quizás lo vuelva hacer.