—¿Cómo se llama?
La camisa temblaba en tus manos, el único contraste con la tela blanca era la mancha de lápiz labial rojo que resaltaba, burlándose de ti en todo su esplendor. Los labios marcados en la camisa parecían reírse de ti, burlándose de la esposa que no había usado ningún color de lápiz labial como ese en muchos meses.
—¡¿Cuál es su maldito nombre, Lee Taeyong?!
Tu ligero susurro se había convertido en un grito lleno de ira reprimida que no podías contener más. Desde hace algunas semanas atrás ya sospechabas que algo estaba pasando. Las largas horas extras en la oficina, las llamadas telefónicas secretas, el cambio de apariencia... lo habías supuesto durante mucho tiempo y ahora tenías la prueba en tus manos.
Desde que se conocieron, nunca habías visto a tu esposo tan derrotado. Deseabas que hubiera algo más reflejado en sus ojos, algo como arrepentimiento, tristeza, malestar. Algo que te aseguraba que había una explicación sencilla para lo que tenías en tus manos.
Pero no hubo ninguna.
Dejándose caer en una silla, Taeyong se revuelve el cabello, haciendo todo lo posible para no mirarte. No era sólo la expresión de un hombre descubierto en su rostro, sino también de un cobarde. Hacía mucho tiempo que no te miraba adecuadamente y ni siquiera ahora tenía el coraje de hacerlo.
—No la conoces. —dijo con voz ronca. —Ella es una nueva compañera de trabajo.
—¿Y por cuánto tiempo? —te sorprendió tu propia compostura, lo racional que seguías pensando. Pero la ira tenía muchas capas y sabías que en ese momento solo estabas en la superficie de esta, sin saber lo que venía. Como no respondía tu pregunta, volviste a insistir. —Te pregunté, por cuánto tiempo.
—Unas pocas semanas. —aclaró.
Tiraste la camisa manchada a un rincón de la habitación, la tela liviana lamentablemente no tuvo el mismo efecto que tirar algo con más peso ya que solo voló contra la pared. Reflexionaste sobre tomar el jarrón de la mesa y usarlo en su lugar, anticipando el ruido de la rotura, pero aun así te contuviste antes de extender la mano.
—Me das asco. —dijiste con los dientes apretados. —Haz las maletas y sal de aquí.
Fue entonces cuando finalmente dirige su mirada hacia ti, completamente sorprendido. Casi botando la silla al suelo, Taeyong se acerca a ti y toma tus manos entre las tuyas.
—Por favor, debes saber que te amo muchísimo...
—Silencio. —lo interrumpiste y te alejaste de él. —Nunca más me toques con tus sucias manos.
—____.... quería decírtelo, de verdad.
—¿Y por qué importaría eso? —casi te reíste de su pobre intento de excusar que lo descubriste. —Has estado haciendo esto durante semanas. Si realmente me amaras, ni siquiera lo habrías considerado en primer lugar.
—Puede que estemos casados, pero ¿Cuándo fue la última vez que realmente nos sentimos como una pareja? —trató de defender su comportamiento. —¿Cuándo fue la última vez que tuvimos una cita? ¿Haber hablado correctamente incluso? Lo único que hacemos es saludarnos con tristeza como una rutina y luego irnos a dormir, cada uno mirando hacia su lado sin siquiera mirarnos dos veces.
—¿Cuántas veces te he rogado que te tomes un día libre? ¿Preparaste una cena romántica? ¿Planeaste unas vacaciones? ¡Nunca estuviste dispuesto a hacerlo! Nunca te presentaste ni mostraste esfuerzo, tu trabajo siempre fue más importante, ¡aunque prometiste que cambiaría! Esto podría ser un matrimonio en los periódicos, pero yo estaba en esto sola, tratando de salvarlo mientras tú andabas por ahí con otra, quizás hasta te acostaste con ella.
—Nunca me acosté con ella. —admitió con tristeza. —¿Pensabas eso? Sólo fueron largas conversaciones en la oficina y... una noche se fue un poco de las manos, pero nunca...
¿Pensaba que eso mejoraría las cosas? Pues no. En todo caso, solo te demostró que había estado jugando con fuego durante semanas, y que solo había sido cuestión de tiempo.
Cuando las personas ya no querían estar con alguien, encontrarán todas las excusas posibles para prolongar lo que finalmente era inevitable.
—No te preocupes, me iré yo misma.
❀❀❀
La puerta del auto se abrió desde dentro. Tiraste tu bolso al asiento trasero y luego te subiste al asiento del pasajero.
—Gracias por recogerme. —dijiste en voz baja cuando cerraste la puerta. —No sabía a dónde más ir.
—Te prometí que si llamas, iría.
Giraste la cabeza y le sonreíste a Jaehyun. Fue una sonrisa triste pero aliviada al finalmente salir de ese apartamento ya que todo te recordaba a tu esposo infiel. Un minuto más allí y habías quemado todo el edificio.
Una cadena de golpes agresivos te hizo estremecerte y no podías creer lo que veías cuando el rostro molesto de Taeyong apareció de repente en la ventana. No la bajaste, pero aun así lo escuchaste quejarse claramente.
—¿Él? ¿De verdad? ¿Primer oportunidad y vuelves corriendo hacia él?
Jaehyun ya se había desabrochado el cinturón de seguridad, pero lo sujetaste del brazo. Simplemente ya no valía la pena, y él entendió sin que tuvieras que haber pronunciado ni una sola palabra.
—Vuelve adentro, ____. Hablemos de esto en lugar de estar enojada. —la voz de Taeyong ahora sonaba desesperada. Odiaba a Jaehyun y tú eras consciente de ello. —¡Por favor, vuelve conmigo, no vayas con él!
—¿A dónde? —preguntó Jaehyun.
Te reclinaste en el asiento, ignorando las súplicas de tu todavía esposo.
—Sólo... lejos de él.
Espero que les guste ʕ๑•́ᴥ•̀๑ʔ
Muchas gracias por los votos y comentarios♡
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𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘 | 𝗡𝗖𝗧 𝗥𝗘𝗔𝗖𝗖𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦
Fanfiction𝐒𝐄𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈𝐏𝐈𝐓𝐘 | libro de reacciones, one shots y the type's sobre nct. "𝑆𝑒𝑟𝑒𝑛𝑑𝑖𝑝𝑖𝑡𝑦, 𝑒𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑟 𝑎𝑙𝑔𝑜 𝘩𝑒𝑟𝑚𝑜𝑠𝑜 𝑠𝑖𝑛 𝘩𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎́𝑛𝑑𝑜𝑙𝑜" ﹏﹏﹏﹏﹏﹏ (( ACLARACIONES 📢 )) ៹ ✦ No todo el co...