No me gusta venir al baño en la madrugada, no veo una chota y además ando media dormida, así que un ojo quedo en la almohada y el otro intenta estar abierto. Parezco un caminante fiero.
Cuando llegue no era más que un profundo silencio que rodeaba el baño, aunque escuchaba un gruñido pero no le di bola. Me bajé los pantalones y dejé que el pis salga, retomé mi caminar de vuelta hacia la cama una vez que terminé pero al abrir la puerta me llevé el cagaso de mi vida.
—Karen, la concha tuya pelotuda. — dije agarrando mi pecho. Por segunda vez esta mina me asusta.
—¿Eras tú la del gruñido? — me pregunta. ¿Esta es boluda? Ni que fuera un gato.
—Estas flasheando colores amiga, ni que fuera una gata en celo. — digo.
—Sólo escuché un gruñido.
—No creo que sea de aquí, ningún caminante entró, tranquila. — toque su hombro y me fui de ahí, cuando estaba en el pasillo no lograba ver nada, ahora la duda era, ¿realmente había un caminante? Porque si Karen lo escucho y yo también debe haber uno aquí, pero tampoco es que podamos hacer nada, no se ve una mierda y yo no voy a estar como una pelotuda mirando a la nada y chocar mi nazo contra la pared.
Por instinto me toque mi nariz, no me crece el nazo como a Pinocho porque ya la tengo desde que nací. Puta herencia de mi viejo. Por suerte el mío es el más lindo.
Cuando regrese a la celda vi a Daryl acostado boca arriba. No sé si se está haciendo el dormido o posta se está mandando sus mil y una noches en su sueño.
Me acerqué a estar a la altura de la cama y me recoste en su cuerpo sin dejar todo mi peso en él.—Sabía que no estabas dormido, bombón. — digo picarona cuando siento sus manos en mi trasero.
—¿A donde fuiste? — pregunta ignorando lo que le dije, ya es costumbre.
—A mear — digo con sinceridad, Dixon me mira con asco. —¿Qué pones esa cara pelotudo? Como si vos nunca te mandaste un meo o un garco en medio de un bosque. — uh, mi enojo está por los cielos.
Cuidado señores que esta minion tiene poder.
—No entendí, pero sé que fue con enojo. — dice ahora agarrando mi cintura.
—No quiero arruinar el momento. — besé sus labios y antes de que me coma la boca me separé; —Pero creo que hay un caminante aquí. — susurre.
—¿Cómo que crees? ¿Qué escuchaste? — se alarma, su agarre en mi cintura es un poco más fuerte que me hace soltar un pequeño grito audible para los dos. Daryl al notarlo suelta el agarre pero sus manos siguen apoyadas ahí.
—No lo sé. — lo miro a esos ojos azules. —Pensé que era la única loca que escucho un gruñido de caminante, pero Karen también lo escucho.
—¿Karen también? Espero que no sea nada, iré con Rick. — me separa un poco pero yo le agarro de la camisa.
—¿Vo' estás en pedo? ¿Cómo carajos van a averiguar si hay un caminante si no se ve una mierda? — le digo con total desagrado.
—Se verá.
—No se vera nada, Daryl. — hable.
—¿Y qué esperas que hagamos si hay un caminante realmente aquí? — uh, me cerró el culo. No sé.
Eleve mi hombros diciendo que no sabía.
—Eso pensé. — se levanta de la cama y se va de la celda. Bufé, que complicado que es. Peor que yo.
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Una argentina en un apocalipsis [Daryl Dixon]
Teen FictionUna boluda y su grupo en el apocalipsis, ¿te venís a leer tal boludes solo para cargarte de risa y ver un poco de drama? Pues entrale, que esta novela te está esperando. Actualizo cada tanto. |17-04-20|