01.

6.5K 451 170
                                    

Trepar un árbol es lo más sencillo del mundo, ahora bajar es la mala leche que le puede pasar a cualquiera.
No estaba ni el perro en los alrededores, solo hojas y árboles. ¿Y pues que más va a haber? Estoy en un puto bosque.

Cuando bajé aterricé re perfecto, creo que de todos los años que inició esta virgada me ayudó, bueno también que soy un marimacho sin remedio.
Ahora que lo pienso, extraño mi grupo boludo de todos machos con pito y yo la única con tetas y concha. Extraño mi gente, mi país, también quien me mando a venir a éste país de puros estadounidenses.

Caminé por unos largos minutos que ni puta idea si se convirtieron en horas.
El bosque ya se estaba terminando y es ahí que levanté la vista, alta joyita me encontré.
Una prisión del culo pero por lo que se podía ver era que estaba en buenas condiciones. Vive gente eso era mala idea, ahora los pelotudos no sé les puede decir nada que ya desconfían y te clavan un balazo en medio del bocho.

¡Hijo de puta! Se escuchó un disparo de ese lugar y inmediatamente me escondí. Pareciera estúpido que me lleguen a ver desde donde se encuentran las torres de vigilancia. Miré otra vez diciendo que esa bala no era para mí, pero me confundí cuando se escuchó de vuelta y me mando a la mierda. Uh, duele como la mierda, no me podía mover. La bala si que una hija de puta y yo una boluda por quedarme viendo esa estupida prisión.

No sé cuántos minutos pasaron pero me levanté de a poco y empecé a caminar lento agarrándome el hombro, escuché ruidos atrás mío y ya no tenía fuerzas para agarrar mi arma, también está mierda me debilita hace unos días largos que no morfo algo.
Volteé un poco y justo que no fue una buena idea, alta piña me metieron que dolió menos que la bala pero igual me hizo dormir.

(...)

"—Doña, don. Son lo más hermoso que tengo junto al pelotudo que tengo de hermano.

—Te tengo frente mío, pendeja.

—Si, yo también te quiero, Alexis.

—Te vamos a extrañar, mi vida. Llámanos cada noche, no te olvides. — dijo mi vieja abrazándome, que acto seguido fue copiado por mi viejo y hermano mayor.

Cuando estaba por entrar al pasillo en donde es para dirigirme al avion, miré a mi familia por última vez y esa imagen nunca me la olvidaré."

Abrí los ojos de golpe y al levantarme me golpeé con lo que pude deducir que es una cama cucheta, y no es la de madera, es la de fierro y esta dolió más, cada vez me hago pija sola.
Mire mi alrededor, era todo gris y poco emocionante, ¡me encanta!, siempre quise tener mi cueva así pero mi vieja no me dejaba.
En la puerta apareció un abuelito bien parecido a Papá Noel, ay que tierno.

—¿Cómo te sientes? — y es ahí que ni bola le di a mi brazo, lo miré y estaba vendado, na que mierda no lo puedo mover.

—Bien, señor. Pero quiero saber quién carajos me hizo esta cagada. — dije enojada. Seré boluda pero a los mayores sea donde sea hay que respetarlos.

—No eres de aquí eso me quedo claro. — se río Papá Noel. Yo lo seguía mirando desconfiada, estoy en una celda y eso quiere decir que toy dentro de la prisión, hay un olor a chivo pero yo les gano a todos los boludos de acá así que tranqui. —Soy Hershel. ¿Y tú como te llamas?

No hablé, así que volvió a hablar.

—¿Quieres decirme tu nombre así ya nadie de los que están afuera esperando a que despiertes te quieran matar?

Ay, es viejo pero no boludo. Tiene mis respetos.

—Soy Gómez. — dije.

—Estoy seguro que ese no es un nombre. — dudó.

—Pues esta en lo cierto, Hershel.

Una argentina en un apocalipsis [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora