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No encuentro a Jugyeong en ninguno de los baños a los que entró así que me dirijo al salón y la veo a través de los cristales con el rostro limpio y hablando con el grupo. Suspiro y entro sentándome en mi lugar. Ella está perfectamente bien.

No me pierdo las miradas que Jugyeong envía hacia el chico sentado detrás de mí.

Cuando la clase acaba, quito de mi cuello la almohada ya no sintiendo mis músculos tensos y como en mi mochila no cabe por su tamaño, observó hacia la de Su-ho. Nadie me observa y con rapidez, meto la almohada rosa con estampados de flores dentro de su bolsa.

No creo que se moleste.

Agarró la merienda que me dio la mamá de SooAh está mañana y subo con ella hacía la azotea. Ya allí, me quedo observando lo pequeño que se ve todo con el viendo revolviendo mi cabello. Cierro los ojos y dejó que la paz del lugar me relaje.

Claro que no dura mucho hasta que suena la campana de regreso a clases.

Abro los ojos y bajo de la azotea casi con tristeza por abandonar el lugar.

La siguiente clase es inglés. Idioma en el que me desenvuelvo con tranquilidad y el profesor lo sabe así que me da esa hora prácticamente libre mientras los demás se duermen en sus escritorios.

Enfoco a SooAh con la cámara de mi celular pensando en hacerle algún sticker que compartir por el chat grupal. Tomo varias fotos y ahora muevo la cámara hacia Jugyeong pero la veo ya mirando hacia acá. Específicamente hacia Suho. Vaya, vaya.

Tomo la foto aún pensando en hacer los stickers y sin darle mucha importancia al echo de que Lim Jugyeong le presta más atención a mi hermano que a sus estudios. Ignoro esto y por lo que resta de la clase, abro la app de stickers y me pongo a hacerlos.

La siguiente clase es laboratorio de química y lastimosamente allí si tengo que dar lo mejor de mí para no hacer explotar el laboratorio. Sólo alzó la mirada por el escándalo que se forma en la mesa de mi derecha y no me es sorpresa por ver qué mi amiga es la causante del desastre. A Jugyeong la persiguen los problemas.

Cuando salimos del laboratorio, me separo un poco de las chicas queriendo espacio y llego al salón sola colocándome los auriculares en los oídos. Simplemente quiero terminar el día para ir a mi apartamento donde espero ya mi padre no esté en él.

Con los auriculares puestos, me pierdo la escena que montó nuevamente Jugyeong y solo me entero horas después cuando SooAh lo menciona en el chat grupal mientras seco mi cabello de la larga ducha que tomé en la tina.

"So-pa✨

Jugyeong-ah ¿Por qué llegaste gritando así? ¿Viste un fantasma?"

"Yo.

¿Cuáles gritos?"

"So-pa✨

Eso te pasa por andar en tu mundo paralelo Si-han 🙄"

"Yo.

Así me queréis 😜"

Bloqueo el móvil y lo dejo de lado moviendo mi cabeza de lado a lado. Veo hacia la pecera que le quitó la vida a mi anterior celular y recuerdo que tengo peces.

Busco el pote de su alimento, saco un poco y lo echo en la pecera viendo a los pobres 1 y 2 devorar la comida. Parece que 3 se fue junto a mí anterior móvil al otro mundo viendo su cadáver flotar en el agua.

No puedo ni cuidarme yo misma y decidí cuidar peces. Y de 20 solo quedan 2.

Le tomo una foto a mi pecera casi vacía y se la mando a SooAh con emojis llorando. Ella me responde con algunos tristes antes de dejar de responderme por irse con su novio. El amor, el amor.

Decido que no voy a deprimirme por la muerte súbita de mis peces y me acuesto en mi cama jugando un rato Candy's Crush. Sin quererlo, me duermo con el móvil encendido encima del pecho.

[...]

El ruido de platos en la cocina hace que me despierte y siente de golpe, en consecuencia, mi celular cae con estruendo contra el suelo y solo ruego que no se haya roto. Sería el segundo en una semana.

Me levanto, lo tomó, veo que está bien y salgo de mi habitación deteniéndome en seco al ver a Suho sentado en mi cocina desayunando y a la ama de llaves que viene cada semana, guardando recipientes de comida en la nevera.

Ambos posan su mirada en mi cuando entro a la cocina. La señora sonríe al verme y mi hermano me ignora, nada nuevo. Le agradezco por la comida y cuando voy a volver a mi habitación para cambiarme, ella habla haciendo que frene mis pasos.

— Esa habitación — señala hacia la puerta y ambos llevamos la mirada hacia ella — ¿No deberé limpiar allí hoy tampoco?.

— ¡No! — respondemos al unísono.

— Yo la limpiaré luego. Gracias — hago una pequeña reverencia y entro a mi habitación suspirando.

Cuando ya estoy lista, salgo de mi habitación y Suho ya no está por ningún lado. Agarró una manzana del frutero y salgo cerrando la puerta a los espaldas empezando mi camino.

En la entrada de la secundaria encuentro a Soo-jin y juntas entramos al salón hablando de temas triviales. Me siento extrañada de ver la cortina corrida. Me giro hacia el haciendo de Jugyeong y grito al ver su maquillaje.

La chica se sobresalta y coloca sus ojos en mí. Hago una mueca haciendo un círculo imaginario en mis ojos y luego la señaló a ella. Ríe y se encoje de hombros sin decir nada. Ignoro el como la chica actúa aún más raro en toda la clase y al contrario, veo varias veces hacia el último puesto donde un chico duerme durante toda la clase.

Jugyeong sale corriendo y me sobresalto cuando Seojun levanta la cabeza de entre sus brazos, mira la puerta por donde salió la chica y ahora enfoca la mirada en mi. Al igual que ayer, iniciamos una pequeña guerra silenciosa pero me distraigo cuando sonríe.

Maldito.

Al rato, camino viendo mi celular con algunas grietas en la pantalla pero aún vivo. Respondí hacia un meme que me etiquetó SooAh y las voces delante de mí me hacen levantar la vista. Me detengo.

Seojun mantiene acorralada a Jugyeong y ambos hablan sin importarle la gente a su alrededor. Me siento una intrusa en la escena y por ello reanudó mi camino pasando frente a ellos sin darle importancia.

O eso es lo que quiero creer.

Regreso al salón siendo golpeada por la loca que corre por los pasillos. Una mano en mi frente evita que choque contra la puerta. Le agradezco por haberme salvado del inminente chichón que se iba a formar en mi frente si me estrellaba contra la puerta y entró viendo con recelo a las 2 personas que actúan raro últimamente.

En la salida, busco en mi bolso el ticket del bus cuando el ruido de una moto se acerca. Alzo la mirada y la fijo en lo ojos rasgados que me la devuelven. Sus labios en una sonrisa coqueta.

— ¿Te llevo? — pregunta. Mis dedos encuentran el ticket del bus y lo saco pasándolo frente a su rostro quitándole la sonrisa.

— No, gracias.

Le guiño un ojo y me alejo de él sintiendo sus ojos fijos en mi espalda.

Han Seojun está iniciando un juego que no pienso perder por nada del mundo.

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐋𝐢𝐞 ➤ Han Seojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora