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Mi cabeza está apoyada entre mis manos entrelazadas justo cuando Suho entra y es abordado por el novio de SooAh. Observó el intercambio sin mucho interés y noto como Suho se quita el saco del uniforme viendo algo en el con horror. Sale con el rostro tenso y a los segundos vuelve a entrar esta vez sin el saco.

Se sienta detrás de mi asiento y luego una chica que reconozco entra al salón con un saco entre sus manos.

Es Jugyeong.

Jugyeong es la chica nueva.

Mis ojos se desvían varias veces entre el saco que sostiene Jugyeong, su cara y luego hacia el semblante neutro de Suho. Me encojo de hombros y veo entrar al señor Han a clases. Mis compañeras suspiran viendo al maestro y yo solo bostezo.

Tengo sueño.

Mis ojos se cierran mientras Jugyeong se presenta pero un pinchazo en mi brazo me quita todo tipo de suelo de golpe. Grito llamando la atención de todos y me giro para ver mal al desgraciado que aprieta los labios para no reírse.

Maldito Suho.

Murmuro varias cosas en su contra que el señor Han ignora y pide que nos centremos en la chica nueva. Malhumorada, me siento recta otra vez acariciando mi brazo donde el pinchazo aún duele.

Ya me las pagarás Suho.

—.... Ustedes no saben lo hermosos que son — presto atención a las palabras del señor Han — Tener 18 años es hermoso y emocionante. Así que no se obliguen a arreglarse tanto, especialmente SooAh.

Río junto a los demás por las quejas de SooAh y las de su novio. El señor Han le señala a Jugyeong el asiento junto a Suho y ella finalmente me única y reconoce. Sonríe ampliamente pero ve con recelo al chico atrás de mí.

— Ah, mi visión es un poco mala — comenta Jugyeong girando hacia el señor Han. Ladeo el rostro con un pequeño punchero en mis labios. Quería que se sentará junto a mí.

El señor Han le indica el asiento frente a SooAh y se sienta. Casi siento lastima por Jugyeong al recordar a quien suele sentarse allí, pero luego sonrio. Seojun tendrá que buscar otro lugar donde sentarse, si es que decide volver.

— ¿Cuál es la primera clase? Es mi clase ¿Cierto?. Abran sus libros — comenta con emoción el señor Han y todos le hacemos caso.

Con el bolígrafo en mano me distraigo viendo la interacción de la chica nueva con SooAh antes de que otro pinchazo, este más suave que el anterior, llame mi atención. Suspiro y giro hacia Suho que mantiene el rostro mortalmente serio.

— ¿Acaso estás sentado encima de un palo? Eres libre de sonreír Suho — susurro para el y frunce el ceño.

— Te acompañaré hoy a casa.

— No gracias — contesto girando dejando al mayor sin palabras.

El resto de la clase pasa normal y como siempre, me concentro en tomar notas y  ver a través del cristal del ventanal hacia el gran patio de la secundaria.

— Buen trabajo. No olviden hacer sus deberes — finaliza el señor Han y guardo todo con rapidez al igual que los compañeros.

Me levanto con la mochila al hombro y me acerco donde Jugyeong está con SooAh y Mina.

— ...el color de tu labial es muy bonito. ¿Qué color es? — escucho viendo el celular de SooAh en manos de Jugyeong. Parece que alguien ya tiene nueva mejor amiga.

A Jugyeong se le cae el labial y justo este se detiene de girar a los pies de Soo-jin. Ella se acerca y abraza los hombros con una sonrisa haciendo que finalmente Jugyeong note mi presencia.

— Oh, ¡Si-han! — grita y salta en mi dirección y ahora me siento como un sándwich entre ambas chicas. Necesito aire. Doy unas cuentas palmadas en su cabeza y por fin me suelta cosa que agradezco. Busco el aire que me quitaron mientras presentan a Soo-jin.

— Ella es una de mis mejores amigas, Kang Soo-jin. Yo digo que junto a Sihan son las diosas de la escuela.

Me desconecto de la conversación por unos segundos mientras siento mi móvil vibrar y al ver quién es el remitente, simplemente dejó que finalice. No tengo ni tiempo ni humor para hablar.

SooAh tira de mi brazo saliendo del salón y las sigo mientras murmuran entre ellas sobre la belleza de Jugyeong. La chica se disculpa y entra al baño sin decir otra palabra dejándonos a las tres en el pasillo. Las tres caminamos unos pocos metros más dándole su espacio a Jugyeong.

— Las espero en la cafetería — comento y me suelto del agarre de la de cabello corto comenzando mi camino sabiendo que luego me alcanzarán.

No pueden vivir sin dumplings.

Entro al bonito lugar y me siento en una mesa cercana sin ánimos de buscar más. Pocos minutos pasan antes de que Suho entre con la misma cara que tiene últimamente y me es imposible no rodar los ojos por su actitud.

Grandísimo idiota.

Recibo un mensaje de Soo-jin diciendo que nos reunimos para comer tteokbokki fuera de la escuela. Quiero confirmar cuando mi hermano se deja caer con pesadez en la silla frente a mí dejando caer su rostro entre sus manos. Se ve..cansado.

— ¿Dónde está tu saco? — preguntó al verlo sin el puesto.

Su respuesta es enderezarse de golpe en la silla y su antes expresión en blanco cambia a una resentida. Parece bipolar.

— Necesitaré un saco nuevo — me responde sin dar muchos detalles. Olvidó por unos minutos mi vida social y me centro en mi hermano. Hermano que no existe para mis amigas.

Aprieto uno de sus hombros y me levanto. Me ve con fijeza y señaló hacia la entrada con el pulgar colocándome la mochila.

— Dicen que un buen helado arregla todo — comento y por primera vez en mucho tiempo, Suho me sonríe como solía hacerlo cuando éramos niños.

Se levanta y ambos salimos de la vacía cafetería tomando rumbo a esa pequeña heladería que solíamos visitar de pequeños.

Tal vez ya sea hora de recuperar nuestra relación de hermanos.

[...]

Después de pasar por un helado, ambos tomamos caminos distintos sin intercambiar más palabras. Aunque no hablamos más, fue un gran logro. Decido reunirme con las chicas que están divirtiéndose y justo llegó para la sesión de fotos.

Me uno haciendo pequeños puncheros que hacen que SooAh apriete mis mejillas. Río junto a ellas mientras posamos y solo así, en ese momento, pienso que todo será así.

Al atardecer nos despedimos y aún así cuando llego a casa, me siento relajada. Nada que ver con el tensor momento de ayer. Me dejó caer en uno de los sofás y reviso el chat grupal donde ya SooAh añadió a Jugyeong.

"So-pa ✨

¿Llegaron bien a casa?"

"Jugyeong 🍒

¡Sí! ¿Tú también, Soo-jin?"

"Yo

Soo-jin no es de las que revisa los mensajes seguidos.
😜acabo de llegar a casa"

Bloqueó el móvil luego de mi mensaje y este no deja de vibrar por varios minutos en los que literalmente explotan el chat. Río y me levanto con rapidez resbalando con la alfombra a mis pies cayendo al piso y en el proceso tumbando el jarrón de cincuenta mil wones que la secretaria de mi padre dejo.

Qué jodido desastre me toca limpiar. La limpieza más cara de mi vida.

𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐋𝐢𝐞 ➤ Han Seojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora