Capítulo 15

27 4 0
                                    

Cuando cerré la puerta apreté mucho ambos puños por la impotencia que sentía ante la situación de ser la esclava de mi hermana. Me dirigí al estudio pensando en que hoy era jueves y que el próximo lunes podría volver al instituto. Habían ocurrido muchas cosas en tan solo dos semanas, y nunca pensé que diría esto pero... quiero volver ya, volver a la rutina, poder hablar y rajar de la gente con Manddy, uff... Manddy llevo mucho tiempo sin hablar con ella. La llamaré hoy para que me cuente las novedades y contarle lo que me ha hecho la cabrona de mi hermana.

Una vez en el estudio, temí abrir la puerta... no se porqué, pero tenía una sensación muy rara en el cuerpo. Finalmente le eché un par y abrí la puerta. No había nadie. Estaba todo desierto, al ver mi soledad suspiré profundamente. Me senté en mi sillón y comencé a trabajar. Para desconectar de tanto papeleo, me dirigí a la mesa de mezclas y surgió mi creatividad. Sin darme cuenta entraron Justin y Scooter. Yo estaba evadida del mundo, muy metida en lo que estaba haciendo. Ellos al ver que no me había dado cuenta de su entrada, carraspearon con la garganta para llamar mi atención. Entonces levanté la vista y vi como ambos me miraban un poco sorprendidos por lo que estaba haciendo. Paré de inmediato y me puse roja como un tomate.

– Que pasa que yo no puedo tocar igual que vosotros -le dije en un tono muy elevado.

– Si, si...-me dijeron los dos a la vez.

– Eso pensaba... -le dije volviendo a sentarme en mi sillón. -¿A que habéis venido?

– ¿No es evidente? -me dijo Scooter.

– No...

– ¿Esto qué es? -comenzó a hablarme como si tuviera seis años.

– Ehh... un estudio -le contesté

– ¿Y qué se hace en los estudios?

– Pues... grabar canciones, componer...

– Entonces... tú para que crees que hemos venido

– Ehh... ¡no lo sé! -le dije enfadada.

– Idiota... - oí susurrar Justin.

– ¡¿PERDONA?! - le dije muy indignada.

– Lo que has oído – me dijo desafiante.

– Pues eso no es lo que me decías ayer...

Ante mi comentario se puso muy rojo y miró de reojo a Scooter que nos miró a ambos con la boca abierta. Entonces se dio cuenta de que conmigo no se juega, porque yo siempre gano.

– Bueno venga empecemos. Coge esa guitarra mismo. -le dije señalando una guitarra situada al lado izquierdo de la mesa de mezclas.- ¿Tienes algo ya en mente?

– Tengo lo que podría ser el estribillo... - me dijo dándome un papel con unas cuantas frases escritas – Lo cogí y lo leí.

 

Your world is my world and my fight is your fight, my breath is your breath and your heart... And girl you're my one love, my one heart, my one life for sure let me tell you one time. Girl I love you, girl I love you I'm a tell you one time. And ima be your one guy, you'll be my number one girl, always making time for you I'm a tell you one time. Girl I love you, girl I love you I'm a tell you one time.

 

– No esta nada mal... ¿Quieres empezar con un tema romántico?

– Si, porque es lo que siento en estos momentos de mi vida.

– Que profundo -le dije sonriéndole.

– Profundo, triste y solitario... así me siento yo cuando la persona a la que amo me trata como si no significara nada para ella... -me dijo en un susurro.

–  Si te contara yo mis problemas... Bueno, está bien, se puede utilizar. Pero dejemos ya de hablar y vamos a trabajar.

– ¿Y tú qué problemas tienes? -me preguntó justo antes de que llamaran a la puerta. Esta se abrió y para sorpresa de todos apareció mi hermana Sarah.

– Ella... ella es mi problema... - le dije en voz baja mientras le sonreía falsamente a mi hermana. Él se giró, ya que estaba de espaldas a la puerta, para ver como era. Yo enseguida me levanté y me puse al lado de Justin para hacer las presentaciones y pude ver la cara de bobo que se le quedó al ver su perfecta figura.

– Tú, ella es Sarah, Sarah, este es él. -ella me miró sabiendo lo que quería decir y me dijo después de darse la mano.

– ¿Él tiene nombre?

– Si, pero no te lo voy a decir.

– Y si se lo digo yo... -me dijo Justin desafiándome.

– Tú sienta y calla. -le dije muy autoritaria.

– Pero...

– ¡Qué te calles! -le dije interrumpiéndole. Él obediente como siempre, se sentó.

– Uy, como a mi me gustan... sumisos... - dijo Sarah. Yo me cabreé mucho y apreté los puños. Miré a Justin y vi como tragaba saliva con dificultad. Tras esto volví a mirar a Sarah transmitiéndole mi enfado.

– Qué coño quieres... para qué has venido...

– Solo he venido para ver como iban la cosas, y ahora me he dado cuenta de que ha valido la pena – dijo mirando a Justin mientras se mordía el labio.

– Hija de puta, ya verás cuando lleguemos a casa -dije en un susurro. Todos me miraron atónitos. -Qué pasa... - Todos miraron hacia otro lado y mi hermana rompió ese silencio incómodo.

– Bueno, voy a continuar mi ruta por el estudio... Tú, ya nos veremos luego -le dijo a Justin muy seductoramente y le guiñó un ojo.

Yo me puse roja como un tomate ante el comentario de mi hermana y por supuesto también muy enfadada ante la respuesta gilipollas de Justin.

– No me moveré de aquí. Estaré esperándote. -le dijo tartamudeando.

Luego ella salió de la habitación en la que nos encontrábamos.

–  Que agradable y que guapa tu hermana... -me dijo Justin en babias.

Yo rápidamente cogí una guitarra y la golpeé varias veces contra el suelo hasta dejarla hecha añicos.

–  ¡Qué haces, no rompas la guitarra contra el suelo! -me dijo Justin muy indignado.

– ¿¡Prefieres que la rompa contra tu cabeza!? -le dije gritando. Él se encogió, ya que le había dado miedo, y yo continué rompiendo la guitarra.

El fuego. Cálido y peligroso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora