Capítulo 31

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Era una tarde tranquila del veintiuno de agosto del dos mil diez. Estaba terminando de hacer mi maleta para irme de viaje a Canadá. Al siguiente día cogería el avión así que esta noche pondría a cargar el mp3 teniendo en cuenta que el trayecto es de unas cuantas horas.

Con todo arreglado en el instituto para poder irme tranquila sin tener que pensar en los exámenes, voy a disfrutar mucho de este viaje.- Eso fue lo que pensé en aquel momento, aunque visto lo visto fue todo lo contrario.-

No me extraña teniendo en cuenta que Justin está allí.

Justin estaba en Toronto en ese momento pero al día siguiente iría a Londres, su ciudad natal, y allí es adonde me dirigía.

En cuanto pisé tierra cogí un taxi y me fui al hotel. Esa noche no saldría a ningún sitio. El viaje fue demasiado largo y venía agotada.

Hoy era el gran día. Hoy le daría una sorpresa a Justin presentándome justo antes del concierto. Estaba nerviosa así que dejé de pensarlo y bajé a desayunar al buffet libre. Cuando terminé subí de nuevo a mi habitación. Tenía un poco abandonado mi canal de Youtube así que lo preparé todo y grabé un vídeo. Me ocupó toda la mañana y cuando terminé ya era la hora de comer así que pedí comida por teléfono y me duché mientras esperaba a que me la trajeran a la habitación.

Ya era la hora de irme hacia 'John Labatt Centre'. Me vestí rápidamente. Me puse una camiseta, un par de vaqueros rasgados y mis deportivas rojas. No suelo ponerme muchos complementos, pero para esta ocasión me puse un collar y cinco pulseras de plata. No tuve ningún problema para entrar y algunas fans me miraron sin entender porque no tenía que presentar mi entrada. Pedí que no dirán explicaciones de quién era, me gustaba el anonimato. Me fui a la zona de los camerinos.

Cuando Justin me vio no se lo podía creer y vino corriendo hacia mí para darme un gran abrazo. Me levantó en volandas para mi asombro y el de todos los presentes. Se alegraba verdaderamente de verme. Cuando me soltó nuestras caras se quedaron muy cerca la una de la otra y nos miramos fijamente. De repente había una tensión sexual entre nosotros que nos hizo separar los labios y coger una bocanada de aire muy lentamente. Yo no podía dejar que aquello fuera más a delante. Solo eramos amigos y así debía de seguir siendo. Yo intenté separarme pero no pude hacerlo mucho porque Justin me tenía agarrada por la cintura. Para cambiar la atmósfera del lugar con la mano derecha le di un par de golpes en la espalda muy secos y le dije:

– ¿Qué pasa tio?

Él me miró sin creerse lo que había hecho aunque sabía perfectamente porque lo había hecho por eso me soltó y volvimos a ser un par de amigos que salían de vez en cuando a dar una vuelta.

Eres tonta por no haberle besado. Lo tenías a tiro hecho y lo sabes.

Le deseé buena suerte y el me pidió que no me fuera porque ahora que estaba allí me daría una sorpresa. Si, tal cual. Yo me quedé extrañada pero le hice caso y me quedé hablando con Scooter. Nunca debería haberme quedado viendo lo que se avecinaba.

El fuego. Cálido y peligroso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora