Capítulo 22

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A la mañana siguiente me levanté de la cama y fui directamente al baño para disimular que no había dormido en toda la noche. Me puse tanto maquillaje que parecía Rebecca. No me gustaba estar tan poco natural pero mi cara lo requería.

Cuando bajé a desayunar, simplemente con asomar mis pies por la escalera, ya notaba como todas las miradas se dirigían a mí. Yo muy natural di los buenos días y mientras desayunaba no paraba de pensar en la estúpida idea que tuvo Justin de besarme.

¿¡Pero este tio quién se ha creído que es!? Presentarse en mi casa como el novio de mi hermana y terminar besándome con esos labios tan carnosos y suaves mientras me miraba tan fijamente que me perdía en su mirada... ¡¿Pero que coño digo?!

Mi subconsciente volvió a aparecer. ¿No lo ves? Estás enamorada. No no lo estoy pensé poniendo cara de asco. Todos me miraron con cara rara al ver mi rostro. Será mejor que respondas a tu hermana. ¿A cuál?. A la encantadora. Ahh mi hermana Denís.

– Por enésima vez... ¿Cómo has dormido? -me dijo perdiendo los nervios.

– Perdona Denís es que estaba pensando en mis cosas...

– ¿Y esa cosa tiene nombre? -me dijo intentando disimular su alegría.

Si que tiene nombre... se llama Justin.

– ¡Cállate puta! -dije muy cabreada a mi subconsciente.

– Noa... ¿qué has dicho? -me dijo mi padre muy serio.

Te van a volver a castigar. Si pero tú también lo estarás - pensé recordándole a mi conciencia que si caía yo, caía ella conmigo. Mierda es verdad...

– Denís, lo siento, eso no era para ti... mi subconsciente me está dando mucho por culo...

– ¿Sabes qué tu subconsciente es esa parte de ti que te hace ver lo que tú te niegas a aceptar?

Yo la miré sin querer creerla, a lo que ella me sonrió y mi padre rompió el silencio:

– Vanessa me ha llamado y dice que tu novio está en el estudio esperándote para grabar una canción que teníais pendiente.

– ¿Qué novio? ¿Qué dices? - le dije sin saber de lo que me estaba hablando.

– El chico de ayer. El que iba a ser el nuevo ''novio'' de tu hermana.

– ¡Papá ese no es mi novio! -le dije alterada.

– Pues ayer no te quejaste cuando se despidió de ti... -dijo mi padre en voz baja.

Yo le miré atónita y abriendo los ojos y la boca al máximo.

– Dios... Noa, papá últimamente te deja por los suelos... Yo no digo nada.... -dijo mi hermano Rob.

– ¿Y tú te consideras un buen padre? Un padre normalmente ayuda y protege a sus hijos, les compra lo que necesitan, les da consejos cuando se los piden y cuando no, también... Pero tú no... tú eres un padre moderno que deja a sus hijos a la mano de Dios.

– Es que él no es tu padre... - me dijo Rob.

– ¿Otra vez con eso de que soy adoptada?

– Rob, cállate que tu hermana empezó a dudar de verdad y me tuve que hacer la prueba de paternidad...

– ¡¿¡ Qué !?! -dijeron todos al unísono.

– No lo sabía nadie solo vuestra madre y yo, pero le disteis tanto por culo que al final no sabía cual era la verdad.

– ¿Al final que pasó? ¿Qué dijo la prueba? -dijo mi hermano Rob con verdadera curiosidad.

– Para tu desgracia y para la mía somos hermanos.- dije yo levantándome de la mesa.

– ¿Para la tuya porqué? - me preguntó Rob.

– Hombre, de alguien habré tenido que sacar esta escasa belleza... Vamos que eres feo... -le dije cuando vi que no había entendido lo que le había dicho.

– No es lo único malo que has sacado de él... Le hablan con palabras con un poco más de nivel y se pierde... -dijo mi padre en voz baja de nuevo.

– Por lo menos yo no he pasado media vida dentro de un calabozo...

De repente se hizo el silencio y yo mosqueada porque me hubiera recordado esa parte de mi vida, me fui al estudio para trabajar un poco. Antes de salir me fijé y todos le miraban fijamente para que se diera cuenta de lo mucho que la había cagado.

El fuego. Cálido y peligroso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora