Capítulo 3

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Me desperté y fui al baño, y vi mi reflejo en el espejo con esas grandes ojeras, a acusa de no pegar ojo en toda la noche recordándole. Salí del baño y me dirigí a la cocina para desayunar. En medio de la cocina hay una gran isla y está conectada directamente con el salón. La señora Smith es nuestra ama de llaves y es como si fuera de la familia así que todos la llamamos por su nombre de pila, Katy. Ella me preparó un plato de tortitas con crema de cacao derretida. Mmm... Estaba delicioso. Terminé de desayunar, me vestí con una camiseta verde lima con un logotipo , mis vaqueros ajustados y mis deportivas del mismo color que mi camiseta. Me recogí el pelo con una goma y me puse mi gorra plana. Al salir de mi casa cogí mi skate y me dirigí al estudio de mi padre.

Durante la mañana compuse una canción para Katty Perry. La llamé ‘Teenage Dream’. Cuando la terminé la llamé para que viniera al estudio y la leyera.

Le encantó, se la vendí y me pidió si podía escribirle otra. Yo acepté encantada.

Durante las próximas horas pude ver como cantantes de prestigio grababan mis canciones. Yo estuve distraída la mayor parte del tiempo deseando que llegara la tarde para poder ir a casa de Manddy y contarle todo lo ocurrido anoche.

Después de comer en el estudio y grabar todo lo que teníamos pendiente, me fui hacia allí.

Cuando estuve frente a la casa de Manddy, llamé al timbre.

– ¿Quién es? -me preguntó una voz que provenía del interfono.

– Soy Noa, Sra. Miller.

– ¡Hola cielo, ahora mismo te abro! -me dijo muy entusiasmada.

Seguidamente, se abrió la puerta y Molly me dio un beso.

– ¡Noa, que grande estas! Hace mucho tiempo que no te veo. -me dijo con una sonrisa.

–  Hola Sra Miller, me alegro mucho de verla. He venido a ver a Manddy, ¿está en casa?

– Si, está tocando la guitarra en su dormitorio. Pasa, como si estuvieras en tu propia casa.

Ella me sonrió y yo le respondí con otra sonrisa. Entonces entré en la casa y me dirigí a ver a Manddy.

Frente a su dormitorio, alcé la mano y llamé a la puerta.

¡¡ POM, POM, POM !!

–  Pasa, la puerta está abierta.

Abrí la puerta, entré corriendo y me abalancé sobre ella.

– ¡¡ AHHHH, me haces daño!! -me dijo, quejándose por la envestida que le propiné.

– Te jodes. Tengo que contarte una cosa muy importante.

– ¡Hola Manddy! me alegro de verte, ¿cómo estás? Tengo que contarte una cosa.

– Déjate de sarcasmos, esto es importante.

– Bueno... ¿en qué problema te has metido ahora?

– A que no sabes con quien hablé noche.

– ¿Con quién? -me preguntó con tono claro de curiosidad.

– Con Justin, el chico de ayer...

– ¿Y qué te dijo?

Le conté lo sucedido y ella me miró con los ojos como platos y la boca abierta. Estaba muy sorprendida.

– No me lo puedo creer, Noa. Ese te está tirando los trastos... -me dijo Manddy muy segura de lo que decía.

– Tú estás fumada – dije quitándole importancia.

– Si no quieres ver la realidad allá tú...

–  Manddy... Tengo novio....

–  Eso está por ver...

– ¿Qué quieres decir? -le pregunté ante ese inesperado comentario.

–  Ehh... nada, nada... -me respondió al ver mi preocupación.

– Bueno ya es tarde. Será mejor que me vaya a mi casa. -le dije para zanjar el tema.

– Vale, ya te llamo mañana para ver cómo te ha ido con tu Romeo...- me dijo guiñándome un ojo.

– Lo que tú digas... Adiós... -le dije en tono de enfado.-

– Bueno antes de irme... ¿tú has vuelto a hablar con Bryan?

– Me ha dicho que ahora no puede hablar conmigo porque está de exámenes... -me dijo un poco triste.

– No te preocupes algún día hablaréis -le dije para intentar consolarla.

Me giré y salí de su dormitorio, y al hacerlo me encontré con su madre y me despedí de ella.

De camino a casa no paraba de darle vueltas a lo que me dijo Manddy... ¿Por qué lo diría?...

Una vez en mi dormitorio miré fijamente el portátil. Era como si me hablara. No pude aguantar más la tentación y lo encendí.

El fuego. Cálido y peligroso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora