Layla nunca brilló.
Luego de todo lo que sucedió.
Layla quedó huérfana a los dos años. Layla perdió a su abuela cuando tenía seis. Layla soportó humillaciones y malos tratos por parte de la familia Black/Malfoy.
Y nunca pudo brillar.
Hasta que llegó...
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Yendo en contra de la mayoría de los estudiantes en el mundo (si no es que todos), el verano era la parte del año más odiada por Layla. Tenía que pasar dos meses enteros con sus tíos en la mansión Malfoy.
Aguantando malos tratos, insultos y denigraciones verbales hacia su persona. Solamente salía de su habitación para comer, a veces ni para eso. Se saltaba el almuerzo o la cena para no tener que mirarles la cara al resto de la familia y poderlo pasar tranquila ella sola.
Era un día bastante soleado, los amigos de Draco habían ido a visitarlo y jugaban qudditch en el jardín. En su habitación había colocado el tocadiscos que Hannah le regaló, y las notas de Hey Jude de los Beatles sonaba a un volumen bajo.
Ella estaba sentada frente a su escritorio después de haber avanzado una buena parte de sus deberes de verano, miraba por la ventana sin mucho interés, cuando de pronto, una figura extraña se hizo presente en el cielo.
Conforme se fue acercando se dio cuenta de que se trataba de una lechuza. No cualquier lechuza, era Hedwig, lo supo cuando entró por su ventana.
—Hola Hedwig —la saludó alegre—. ¿Tienes sed? Seguro que sí. Dame un segundo.
Halló un recipiente en su lavabo y lo llenó de agua. Lo puso frente al ave y ésta bebió agradecida.
Desató la carta de su pata y la tomó entre sus manos.
Layla:
Hola, espero que estés teniendo un buen verano. He estado escribiéndole a Sirius estos días, y se me ocurrió que podría enviarte a Hedwig para que tú también puedas escribirle, le pondrá feliz tener noticias sobre ti. Espero esto compense un poco mi actitud del curso anterior, estoy bastante apenado y creo que sería ideal comenzar a llevarnos mejor, somos como familia después de todo ¿no? Dale algo de beber a Hedwig por favor. Nos vemos luego.
Harry.
Layla sonrió con los ojos llenos de emoción al terminar de leer la carta. Corrió hacia su baúl y se apresuró a sacar un trozo de pergamino, pluma y un tintero. Feliz, comenzó a garabatear sobre el trozo de pergamino.
Padre:
Hola papá. Harry me ha prestado a Hedwig para que pueda escribirte. La última (y primera) vez que nos vimos apenas y pudimos hablar... pero no importa. Sonará tonto pero, dentro de mi siempre supe que eras bueno, no como todos dicen que eres. Ahora estoy en la mansión Malfoy, no sé si te lo ha dicho Harry, vivo con ellos y con mis tíos Cygnus y Druella. No me tratan excelente pero no me puedo quejar, me dan todo. Igual no tienes porqué preocuparte, he aprendido a defenderme con el paso del tiempo, antes me afectaba lo que le dijesen, ahora ya no. Espero ansiosamente el momento en que podamos vernos otra vez, tengo tantas cosas que me gustaría hablar contigo. Te quiero.
