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—¿Aún tienes miedo? —le preguntó él.
—No. —mintió. Aunque ese mal presentimiento todavía no se iba, prefirió no preocupar a Cedric faltando un día para la última prueba.
—Todo va a estar bien, Layla. —dejó un beso en su cabello.
—Lo sé. Eres un gran mago. —le sonrió. —Lleva el nombre de tu casa a lo alto. —le dijo y le acarició la mejilla.
Cedric sonrió. —Lo haré. —aseguró él.
Layla apoyó su cabeza sobre su hombro y miró hacia el lago negro. Habían salido a hurtadillas del castillo esa noche (con ayuda de la capa de Harry) para ver las estrellas juntos. Los planes eran casi siempre de Layla, y aunque Cedric no siempre estaba del todo de acuerdo, hacía cualquier cosa por pasar un bello momento junto a su chica.
—¿Estás nervioso?
—Un poco. —admitió.
—Voy a estar ahí para apoyarte.
—Con eso es suficiente. —el chico sonrió y la abrazó más hacia él por la cintura. —Quiero darte algo... —dijo después de un silencioso minuto.
—¿Qué es? —giró la cabeza suavemente para mirarlo.
Cedric la soltó para rebuscar algo entre los bolsillos de su túnica. Sacó una cajita de terciopelo negra y la abrió, dentro había una cadena de oro. La tomó entre sus dedos y se la mostró a Layla. Era preciosa, y tenía una piedra rubí colgando de ella.
—La compré para ti hace meses, quería dártela en el Yule Ball... pero ya sabemos lo que pasó.
Layla sostuvo el final de la cadena el collar y lo observó atenta. Acarició la piedra preciosa colgado de él y sonrió.
—Es hermoso, Cedric, gracias. —le sonrió y le besó la mejilla.
—¿T-te lo pongo? —la voz le tembló.
—Claro. —Layla asintió sonriente y le dio la espalda.
Tomó su cabello y lo hizo todo a un lado. El aire fresco de la noche le rozó la nuca y le erizó los vellos. Vio pasar por delante de ella una de las manos de Cedric con un extremo de la cadena y pronto sintió el frío metal rozando sus clavículas.
Sintió las cálidas manos de Cedric detrás de su cuello abrochando el collar y luego también su respiración. Un escalofrío le recorrió la espalda al sentir los labios del chico dejar un beso en su cuello.
Ella suspiró y cerró los ojos.
—Te quiero, Layla. —escuchó junto a su oído.
Layla abrió los ojos y se giró de nuevo para mirarlo. El corazón le latió alegre y sus ojos brillaron.
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Your Champion, Babe| Cedric Diggory
FanfictionLayla nunca brilló. Luego de todo lo que sucedió. Layla quedó huérfana a los dos años. Layla perdió a su abuela cuando tenía seis. Layla soportó humillaciones y malos tratos por parte de la familia Black/Malfoy. Y nunca pudo brillar. Hasta que llegó...