21. Expecto Patronum.

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—Bellatrix Lestrange. —pronunció Layla mirando la foto de la mujer colocada en el vidrio, junto a otras nueve, todas de mortífagos que se habían fugado de Azkaban. —Es mi tía. —miró a Cedric.

—¿En serio?

Layla asintió y volvió a contemplar la fotografía. —Sabía que Cygnus tenía otra hija, pero jamás supe nada de ella hasta que la vi en el árbol genealógico que hay en Grimmauld Place. —explicó recordando el viejo tapiz de donde ella misma había sido eliminada. —Fue mi padre quien me dijo que está en Azkaban.

—Estaba. —corrigió Cedric, y se recargó sobre el ventanal, observando la calle desolada.

—Sí... estaba... —murmuró. —¡Iguh! ¿Qué es este lugar? —exclamó con desagrado al fijarse bien a través del vidrio donde estaba colocada la foto.

Era algo así como un pub, en el que, a su parecer, había vomitado un unicornio. Se parecía terriblemente al despacho de la profesora Umbridge y eso le hizo querer vomitar a ella.

—Hum... el salón de té de Madame Pudupié. —contestó Cedric con tono embarazoso, evitando mirar el interior del local. —Cho solía traerme aquí cuando salíamos, pero si te soy sincero, no me gustaba tanto...

—Y hablando de... —comentó Layla, observándola que venía con Harry hacia donde ellos estaban.

—¿Cho y Harry? ¡Vaya! No me lo esperé. —dijo Cedric sorprendido. —Es irónico ¿no? —rió con gracia. —El curso pasado yo pensaba que tú salías con Harry y yo salía con Cho, es como si hubiéramos cambiado de pareja. —comentó riendo.

—Mejor vámonos. —pidió Layla, quien no encontraba lo divertido en la situación.

—Pero está lloviendo. —contestó Cedric. Se habían refugiado bajo el techo del local por la misma razón.

—¿Y? —inquirió Layla, haciendo parecer que no era un buen argumento.

Cedric sonrió. —Bien, pues vamos. —le tomó de la mano y ambos salieron a la lluvia.

—Una carrera de aquí al final de la calle ¿o temes perder? —le dijo Layla con una sonrisa.

—¿Carrera? El suelo está resbaloso, podrías caerte y lastimarte.

—¿Y?

—Layla...

—¡El perdedor hará los deberes del otro! —exclamó antes de comenzar a correr a lo largo de la calle.

Comenzó a reír al girarse y ver a Cedric corriendo detrás de ella, preocupado por no caerse y gritándole que parara. Cedric también comenzó a reír al ver a su novia correr delante de él, con el cabello negro empapado agitándose sobre sus hombros y en su rostro la sonrisa más bella que jamás creyó ver.

Layla llegó primero al final de la calle, se frenó tan de pronto que estuvo a punto de caer de espaldas, por suerte, Cedric la alcanzó y detuvo el encuentro de su cabeza con el suelo.

—Te tengo. —le susurró.

—Y ahora también tendrás que hacer mis deberes. —contestó ella riendo, agarrándose de él para pararse bien sobre el suelo.

—Solo si me das un beso. —hizo de sus labios un puchero.

—Todos los que quieras. —sonrió ella, antes de ponerse de puntas y tomar su rostro entre sus manos para besarlo.

La lluvia seguía cayendo con brusquedad, los labios de ambos estaban fríos pero el constante roce les proporcionaba calor a los dos. Estaban completamente empapados y lo único que se escuchaba era el sonido de las gotas contra el suelo y nada más, haciendo parecer que estaban solos, pues la mayoría de las personas se había refugiado en las tiendas, por un momento solo existieron ellos dos.

Your Champion, Babe| Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora