𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐, 𝒎𝒊 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐 𝒔𝒆 𝒄𝒖𝒎𝒑𝒍𝒊𝒐́.

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"Querido diario, hoy lo vi por primera vez entrando a nuestro salón de clases ¿Sabes que sentí? Amor a primera vista, tengo 16 años y soy la regordeta del salón, a la que jamás el chico guapo verá porque no es tan hermosa como las diosas del liceo. Tiene 21 años y será nuestro profesor de educación física en 4to y 5to año, ojalá pudiera ser más bonita y no ser el centro de burlas. Su nombre es Rico Verhoeven y es extranjero, jamás había visto un hombre Europeo tan de cerca y mírame ahora sentada en el pupitre admirando esa belleza"

Albany Monterola yacía sentada en su pupitre mientras veía por la ventana a una pareja de adolescentes darse besos dulces ¿Algún día ella tendría esa dicha? No, a las de su tipo no les pasan esas cosas. Miró al frente al titán colosal que le estaba explicando el plan de evaluación y como dividiría los segmentos de las prácticas.

-¿Señorita se encuentra bien?- Albany brincó ante ello, estaba totalmente sumergida en sus pensamientos adolescentes.

-Perdón...- Apretujó con sus dedos la falda que llevaba asintiendo a la pregunta de su profesor.

-Lo que pasa es que está pensando en comida- Lía, una de las "diosas" del salón le soltó escuchando como todos comenzaban a reírse.

-¿Por qué no te metes en tus asuntos ridícula?- Larisa, la mejor amiga de Albany le tiró una hoja de papel arrugada.

-Bueno basta las dos- Señaló a Lía –Deja de faltarle el respeto a tus compañeras, te ves fatal y tu cálmate- Su dedo se centró en Larisa.

Las clases transcurrieron normal para todos, se sentía nerviosa porque ese chico se veía que entrenaba bastante y los pondría a correr, las burlas seguro iban a ser el doble pero que más daba, lo superaría. Tenía 2 talleres escritos y debía esforzarse en ello para sacar la mayor nota. Como cada viernes Albany miraba a su profesor concentrada y enamorada, no podía evitar sentirse atraída a ese joven de 21 años que la trataba tan amablemente.

-¡Oye!- Ramiro, uno de los fastidiosos del liceo la jaló del brazo mientras caminaba al salón.

-Suéltame ¿Qué te pasa?- Le batió la mano para luego alejarse.

-¿Quieres salir conmigo este fin de semana?-

-Ni loca, contigo ni a la esquina- Miró como más chicos la rodeaban.

-¿Por las buenas o las malas?- Quiso pasar a través de ellos pero no se lo permitieron.

-¡QUITENSE! ¿Qué te pasa fastidi...?- La jalonearon hasta uno de los salones vacíos para empujarla contra el suelo, todos reían y eso la asustaba mucho.

-¿Crees que acepto un no como respuesta?- Dos la sujetaron de los brazos para luego ver como el adolescente se le acercaba lentamente sonriendo.

-¡ALEJATE!- Giró la cara, su primer beso no se lo iba a dar un tarado como Ramiro -¡SUELTENME!-

-No...- La tomó del mentón para darle un ligero besos en los labios.

-¿Así que ahora acosan alumnas?- El profesor Rico abrió de golpe la puerta para quedarse en la entrada.

-¿Y a usted que le importa metiche?- El ceño del hombre se frunció ante esa falta de respeto, caminó a paso fuerte para tomarlo del uniforme.

-¿Crees que por ser menor de edad no te puedo noquear?- Todos comenzaron a temblar y es que el tamaño colosal del profesor inspiraba mucho respeto –Todos a dirección, más vale que no hagan las cosas difíciles- Le extendió la mano a Albany que la chica tomó para levantarse -¿Estás bien señorita?-

-Si...- Una sonora bofetada hacia el chico apareció dejando a Rico estupefacto -¡IDIOTA!-

-Cálmate Albany, vamos a la dirección todos, allá lo resolveremos- Asintió indignada ¿Cómo se atrevía a besarla así?

¡Aquí si hay CURVAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora