𝑺𝒊 𝒏𝒐 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒂𝒎𝒐𝒓, 𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒆𝒓𝒆𝒔

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         Corría el año 2008 en la ciudad de Berlín, Alemania. Para una mujer como Alana Gutiérrez la vida en este lugar de Europa no era fácil pero poco a poco se fue superando hasta convertirse en una gran sastre. De pequeña ese siempre fue su sueño y se fue de Colombia hacia Europa para cumplirlo. Allí se estableció desde sus 20 años, llegó embarazada de su pequeña Adalid ya que el padre de la niña la quiso convencer de que abortar y ella se negó con el alma. A sus 38 años trabaja para una prestigiosa casa de moda como confeccionista y en el tiempo que le quedaba se lo dedicaba a la adolescente Adalid.

Le daba todo su apoyo ya que al ser de origen latino la joven era bombardeada y sometida a constante buylling por parte de algunos compañeros. A pesar de ello, la pequeña era uno de los mejores promedios y una de las más excelentes alumnas en la preparatoria. Cuando la dio a luz supo enseguida que se convertiría en su mundo y así fue, trabajaba duro para costearle su universidad en un futuro y verla feliz. En su trabajo hizo una gran amiga, una dama de alta clase llamada Leyna Meller esposa de un empresario alemán. Lo que ambas mujeres desconocían es que sus hijos se conocían pero de la peor forma.

-¡Pero miren, si es la vaca Adalid!- Esa voz, la conocía a kilómetros, el degenerado de Adler Meyer. Desde primaria ha tenido que soportarlo junto a su banda de chicos populares, constantemente la bombardeaban de insultos dirigidos a su físico y nadie hacía nada por defenderla.

-Si Adler lo que tú digas, ahora sal de mi camino- Adalid lo empujó hacia los casilleros para continuar caminando tranquilamente.

-Pero mira ¿Ahora eres la vaca rebelde?- La siguió burlándose en su cara hasta que sintió la mejilla arderle, sus ojos se abrieron de par en par descubriendo que la chica le había encestado una fuerte bofetada.

-¡CIERRA LA BOCA YA!- Ya había repasado su límite, estaba totalmente cansada de soportar a ese degenerado, tantos insultos, tantas lágrimas, tanto sentirse humillada. El ser humano tiene un punto de quiebre y este fue el de Adalid, tiró el bolso junto a los cuadernos a un lado y comenzó a lanzarle golpes sin control a Adler que los esquivaba pero recibía la mayor parte, los profesores salieron al escuchar semejante alboroto pero era imposible quitarle a Adalid de encima, estaba tan enojada que le dejó parte de su camisa en la mano a la profesora de inglés. Lo tomó para estamparlo contra los casilleros una y otra vez, le encestó varios puñetazos en la cara y el ojo seguido de una fuerte patada en los genitales haciéndolo caer arrodillado. No se conformó con eso, lo pateó con fuerza una y otra vez en el suelo.

-¡QUITENME A ESA DESQUICIADA!- El chico gritaba con fuerza mientras intentaba esquivar los golpes, como pudo se levantó para jalonearle los cabellos y tirarla al suelo -¡VACA!- Se le fue encima para golpearla en estómago pero Adalid le dio una patada en la cara, ahora ambos estaban encolerizados y se daban de puños. Tuvieron que venir los guardias a separar a este par de adolescentes que se estaban matando a golpes.

-¡A LA DIRECCIÓN!- Los llevaron a rastras conteniendo a una indignada Adalid que seguía buscando de golpear a un magullado Adler. Los sentaron uno al lado del otro conteniendo a la morena que miraba al alemán como toro en frenesí.

-Bien ¿Qué ha pasado aquí profesora?- El director los miró enojado.

-No sé bien como pasó pero los encontramos matándose a golpes, cabe destacar que el joven Adler se la pasa molestando a Adalid con respecto a su peso, soy testigo de ello-

-¿Es eso cierto Adler Meyer?-

-Yo solo le digo la verdad, que es una vaca fea-

-Y tú un descerebrado-

-Bueno basta los dos, Joven Meyer ¿No sabe usted que eso es acoso escolar?-

-A mí que más me da, yo solo digo la verdad-

¡Aquí si hay CURVAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora