(AVISO: IMÁGENES DE SEXO EXPLICITO, SINO TE GUSTAN LAS HISTORIAS ASÍ POR FAVOR NO CONTINÚES, TAMBIÉN CUENTA CON UN LENGUAJE ALGO SUBIDO DE TONO)
¿Quién era este hombre? Esa pregunta pasaba constantemente por su cabeza a medida que los gemidos inundaban el cuarto. Nilbany estaba sobre un hombre desconocido llenando su cuerpo de sensaciones tan conocidas, pero que iban en otro de nivel de placer. Aquel hombre era una bestia en la cama, y ahora la mantenía contra el colchón con esos labios devorando esos redondos y grandes senos ¿Cómo pasó esto? Luego de pensarlo decidió concretar una cita con un tailandés para tener sexo casual, siempre había soñado con esto, tener sexo con un desconocido. Nada de identidades, sólo sus pieles se conocerían y ahora estaba cumpliendo esa fantasía. Era el primer hombre de Tailandia que probaba y por el amor a Dios, este sacaba su nación con honor.
-Menciona mi nombre- Le ordenó con voz calmada –Mi nombre es Sombat- Abrió su pierna derecha y aumentó el ritmo de las estocadas haciéndola arquear la espalda.
-Som...bat- Apenas pudo decirlo por semejantes embestidas, este hombre era un animal y eso la traía a mil por hora. Lo tomó del cuello para besarlo y él no se negó, entendió y las lenguas se comenzaron a explorar –Sombat- Con más control mencionó el nombre de una leyenda del Muay thai sin saberlo.
-Nilbany, sin duda venir aquí fue la mejor decisión- La alzó para girarla y dejarla de espaldas a él, pasó sus manos por esa espalda, la exploró toda y cuando llegó a su trasero le dio dos azotes seguidos. Semejante trato la hizo humedecer aún más, era brusco y tenía una fuerza descomunal ya que la alzaba sin ningún problema.
La morena mordía sus labios con fuerza al sentir como ese hombre la azotaba una y otra vez, sus nalgas tomaron un leve color rojo y fue en ese momento que giró para descubrirlo lamiendo esa piel, poseía una mirada de animal, le abrió las nalgas para pasar de arriba abajo su lengua por ese sexo que palpitaba de deseo por él. Metió el anular y el medio sin esperar o preguntar y con su lengua la devoraba a la par que trabajaba con esos deliciosos dedos gruesos. La luz tenue del ambiente se prestaba para semejante escena de sexo duro, este hombre no era común para nada, la estaba dominando y ella no estaba acostumbrada pero las sensaciones con Sombat eran más allá y sencillamente se dejaba hacer aunque quisiera intervenir. Sacó sus dedos para llevarlos a sus labios, ella abrió su boca sin revirar y los lamió con mucha lujuria, se probó a si misma sin pudor alguno y aquello hizo que en la cara de Sombat se dibujara una sonrisa triunfal.
-Lámelo como si fuera mi polla- Asintió y pasó esa lengua por todo el contorno de sus dedos para luego tomar la mano y comenzar a chuparlos como si de un pene se tratase, ¿Por qué estaba tan excitada? No lo entendía pero este asiático moreno la tenía totalmente a su merced. Se separó de ella para masturbarse mirándola, supo enseguida que el ansiaba.
-¿Quieres que la chupe verdad?- La sonrisa volvió aparecer en la cara del asiático, ella gateó por la cama como si fuera una gata asechando su presa, esa imagen lo hizo poner aún más animal de lo que estaba, una tailandesa no se gastaba esas curvas y allí estaba esa morena ansiosa de él. Gruñó al sentir la lengua de ella subir y bajar por todo ese miembro, echó su cabeza hacia atrás cuando ella lo engulló todo, por Dios que mujer más experta, la cabeza de Nilbany se movía con rapidez dándole un placer indescriptible, ese pene palpitaba en la boca pero eso no importaba. Lo chupaba con ansias, la saliva escurría por su boca y llegaba hasta sus senos, que imagen más indescriptible. Las manos de Sombat estaban en su cabeza impulsándola a que chupara más, no decía que no, lo chupaba aún más fuerte cuando sintió como dos dedos se colaban en su sexo. Una nalgada no se hizo esperar y ante eso gimió con fuerza. La tomó para estamparla contra el colchón y mirarla.
-Abre bien las piernas porque te voy a coger como nadie lo ha hecho- Sintió esas mejillas arder por semejante frase y abrió bien sus piernas para él –Tócate- Ahora ella llevaba dos de sus dedos a su vagina que escurría esencia en abundancia. Gimoteaba mientras los dedos hacían el trabajo –Abre bien Nilbany- Se subió lentamente en la cama contemplándola, se sintió como una presa siendo emboscada por un depredador, esos ojos negros rasgados la miraban con deseo, autoridad, sexualidad, erotismo y todo lo que pasaba por su mente relacionado al sexo. Le quitó la mano para saborearle los dedos y sin mediar palabras se enterró en su interior moviéndose ahora con frenesí.
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¡Aquí si hay CURVAS!
Lãng mạn¿Quién me dice que todas las protagonistas tienen que ser flacas y esbeltas? ¿Quién me dice que tengo que ser flaca para conquistar un hombre guapo? No señores, las mujeres tenemos muchas armas para seducir, que interesa si tenemos unos kilos de más...