No hay manera fácil de decir esto.
Así que intentaré hacerlo lo mejor que pueda, por lo que pido perdón por las expresiones que mi mente sea capaz de decir y mi boca también.
Cuando entramos en el lugar puedo simpatizar con todas estas personas que vienen en costosos vestidos y trajes que seguramente cuestan más de lo que pago en tres rentas de mi departamento sino es que más.
¿Por qué quién no querría venir a bailar, beber a un lugar cómo este?
Y lo digo bien en serio, y también un poco a manera de burla.
Desfilo del brazo de mi acompañante deslumbrada por todo lo que me rodea. Paredes en color dorado y blanco perla me saludan a donde sea que me gire. Frente a nosotros se encuentra una plataforma desde donde los culpables de todas de mis desgracias están.
Por suerte y aunque ya hemos entrado en el lobby del lugar aún no nos han visto.
Y lo agradezco enormemente.
No solo me hace sentir cómoda que aquí conozco a Dante sino también la música que proviene desde el salón principal y al que parece que solo puedes acceder si ya has saludado y has sido aprobado por la familia Hamilton que tienen al menos una fila de cinco personas y grupos esperándole solo para decirle "Gracias por haber venido y donado miles de pesos o dólares nuestra estúpida beneficencia".
Y no digo que la beneficencia sea estúpida, así que espero que tal comentario no se confunda con eso, por favor.
Solo creo que si vas a donar un montón de dinero a la caridad deberías de hacerlo sin tener que montar todo un numerito cómo esté que cuesta más de lo que mi ciudad natal entera cuesta.
O más, no se creo que todo esto es un estúpido teatro montado para los medios y los ricos y otros ricos puedan decir que contribuyen con los pobres.
Pero la realidad es que ninguna de estas personas nunca ha visitado uno de esos lugares que dicen que apoyan.
Y si lo llegan a hacer es solo para promoverse, los usan como parte de campañas políticas o de reelección o como un ejemplo de vida de lo que dejaron atrás.
Con discursos banales que comienzan con un: "Yo estaba en un lugar así y logré salir de aquí a base de esfuerzo y trabajo duro y si yo lo logré, tú también puedes".
Tonterías, grita mi ser desde dentro de mi mente.
Una versión de Us de James Bay en cover por alguna voz celestial de hombre me regresa a la realidad y al verdadero motivo del porque estamos en este lugar y no es precisamente para que yo me burle de sus excentricidades o para que me ría en los rincones de mi mente porque despilfarran dinero en bailes como esté que les cuestan miles o millones de pesos cuando solo podrían donar el dinero y ya, no esto va mas allá de eso.
Esto es por Dante y por mí.
Y es él quién me regresa a la realidad justo cuando estamos por llegar al principio de la línea para el primer encuentro con su familia o por lo menos con los que parecen ser los organizadores del evento, sus padres.
Porque estaba segura que tarde o temprano dentro de estas miles de paredes adornadas conocería a los demás miembros de la aclamada y temida familia Hamilton.
A mí lado Dante me aprieta y acerca más y más a su cuerpo a mí y con ello sé que ha tocado nuestro turno de ser presentados. Además un hombre frente a nosotros nos ofrece una señal y la tomamos como la afirmación para seguir caminando en la línea.
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Sr. Hamilton "Trilogía: Tú, Yo y Nosotros".
RomanceDante Jonathan Hamilton es ahora un cascaron vacío del hombre que un día fue. Camina por las calles, va a trabajar y se ejercita diariamente sin pensar demasiado. Pero no por eso deja de ser un atractivo hombre de treinta y pocos años, además de se...