Dicen que la vida es como bellos copos de nieve, fríos, puros, únicos, pero que va y vienen en los momentos indiciados, para llenarlos de momentos mágicos.
Me veía viviendo con el amor de mi vida, desde niña soñé con el amor, con amar tan fuerte a una persona, ese amor no cabe en mi pecho por lo grande que seria. Cuando mi padre me dijo que estaba comprometida con Asim, me sentí feliz, porque para mis ojos de niña inocente, lo veía como un bello príncipe. Pero a medida que fui creciendo y que mis ojos empezaron a descubrir la realidad de la vida, me di de cuenta cual equivocada estaba.
De que el hombre que amaba no brindaba boto a su profanado amor, mujeres tras otras pasaron por la cama de mi prometido, me sentí asqueada de la persona que sería dueño de mi cuerpo, de mi alma, de mi mente, de mi corazón. ¿Y quien era yo para negarme cuando el trato ya estaba hecho?, una unión imposible de romper. Dos familias unidas. Mi hermano tuvo que casarse sin amor, y peor aún, vivir con la sombra de la mujer que en verdad amaba.
Es muy injusto, yo termine amando a mi esposo a pesar de sus golpes, de las heridas que dejo en mi cuerpo, en mi corazón. Prometió cambiar muchas veces, y le creí, le sigo creyendo, ha cambiado, tanto que me asusta. No quiero que en cualquier momento una vez más aparezca el hombre que fue antes.
Me sorprende tanto que aceptara quedarse aquí para hacerme feliz, me sorprende que me dejase trabajar, ese es un buen comienzo, pero cuanto duraría.
-Cuando tienes ese mirada aislada, siento que en cualquier momento me dejaras- dejo de mirar el cielo y me volteo para encontrarme a mi esposo con nuestra hija entre sus brazos.
-Asim...
-Aisha, ha estado inquieta, lo más seguro es que extraña a su madre- sonrió de lado, él se acerca a mí y me pasa a mi hija, le doy un beso en su pequeña cabeza- mi amor, tenía pensado que fuéramos a Riad unas semanas, madre esta eufórica por conocer a su nieta y tu madre está muy alegre por saber de ti.
-Y padre...
-El... bueno, por lo que supe, tu padre está un poco enfermo de salud, creo que le hará bien que te vea.
-Como si le importara mucho- su ceño se frunce.
-Por qué lo dice- me encojo de hombros. Gracias a él me case tan joven. Y cuando murió mi hijo, niego, él lo único que me dijo fue que volviese a preñarme para que mi esposo no se aburriera de mí.
Nunca me ha apoyado en nada, nunca me ha querido en si- está bien, ¿cuándo nos iremos?- pregunto cambiando de conversación.
-Mañana por la mañana, y volveremos dentro de dos o tres semanas, ya que mi hermana nos ha invitado al cumpleaños de los mellizos.
-Sera un gusto volver a ver a mi amiga- en si la extrañaba mucho, aun puedo recordar los ratos en que nos quedábamos dormidas por leer horas y horas. A diferencia de Ranish y Amira, mi amiga le gusta la literatura, al igual que a mí, debe ser por eso que ambas nos llevábamos tan bien.
-Qué bueno... nos quedaremos en palacio tres o cuatro días- sonríe de lado, sus dedos quitan un mecho de cabello, y lo coloca tras de mi oreja, muerdo mi mejilla interna, los ojos preciosos de mi marido me miran con picardía y ese toque amoroso- hoy quiero que salgamos a cenar, te parece bien.
-Con tal de que no nos encontremos alguna de tus amantes- niega.
-La única amante que tengo eres tu mi amor, solo tu- acuna mi rostro y besa mis labios. Mi estómago se revuelve un poco, es como si tuviera miles de bichos volando allí, mi corazón se hincha de dicha y felicidad.
Lo abrazo, él nos acuna a ambas entre sus brazos, besa la coronilla de nuestra hija y la mía, y nos quedamos buen rato mirando el paisaje que nos otorga la mansión Abdul.
***
AMIR.
Reviso algunos papeles, y firmo otros, la puerta se abre, levanto mi vista para ver a Rhania entrar con una bandeja en sus manos.
-Mi flor...- ella deja la bandeja en el escritorio y rodea este último para después sentarse en mis piernas. Rodeo su cintura, y la pego más a mi cuerpo- ¿qué pasa?- pregunto al ver aquel brillo en sus ojos.
Ella esconde su rostro en mi cuello, haciéndome cosquillas con su tibia respiración- nuestro hijo la ha encontrado- murmura muy bajo, frunzo el ceño y bajo mi mirada para verle los ojos.
-¿Qué?..
-Asim ha encontrado a Perla, mañana viajan hasta aquí- sonríe contenta- ambos han arreglado las cosas entre ellos, y según por lo poco que me conto Asim, han llegado a un acuerdo y seguirán viviendo juntos.
-Me alegra mucho por nuestro hijo, estos años han sido muy difíciles para él.
-Pero no vendrán solo- arqueo una ceja confundida. Ella sonríe aún más- tenemos un nuevo miembro en nuestra familia.
-Perla...- mis ojos se abren más de lo normal sorprendido.
-Sí, tenemos una nieta- frunzo el centre cejo y niego.
-No puede ser, si ellos no han estado juntos durante dos años...
-Asim me conto que ellos estuvieron juntos en el palacio, cuando Amira presento al público a los mellizos, ya sabes, no exactamente durmieron- las mejillas de mi esposa se tornaron de un rojo bastante gracioso.
-Comprendo, pero no veo motivos para que te ruborices amada mía- beso su mejilla, su nariz, sus pómulos hasta llegar a sus labios. Ella gime al sentir mis manos adentrarse dentro de su blusa. Entre abre su boca y aprovecho para introducir mi lengua en su cavidad- porque no mejor subimos arriba- beso- y nos acostamos en la cama, y por supuesto no lo digo para que durmamos- una risita nerviosa sale de su garganta.
-No crees que estamos muy viejos para la gracia- el niega.
-De que nuestros hijos estén grandes no significa que estamos ancianos para no disfrutar un poco- la beso de nuevo- además, deberíamos aprovechar de que Jaddel no está para tener un rato amor para nosotros.
Una de sus manos acaricia mi rostro- nuestros hijos están tan grandes, ya Jeridde y Jadika están haciendo su vida, nuestro pequeño Jaddel pronto cumplirá 15 y dentro de unos años también se ira. Me voy a sentir tan sola cuando se valla.
-Entonces por qué no tenemos otro hijo, no te gustaría la idea- la vuelvo a besar, me levanto con ella en brazos, la acuesto en el sofá, y la ayudo a quitarse la ropa.
-Crees que sea posible a mi edad- pregunta.
-Solo tienes 40 años mi amor- le beso el cuello, sus manos agiles me ayudan a desvestirme- y si no podemos consultar algún médico- me quito los pantalones y ropa interior. Meto mis brazos bajo sus rodillas y la jalo hacia mí.
-Me parece bien...- dice jadeando. Introduzco un pezón en mi boca, lo saboreo, me deleito con su suavidad. Mis dedos acarician su sexo ya húmedo por su excitación.
-Te amo habibi...
-Y yo a ti- me posiciono en su entrada antes de sumergirme en su calor.
Nuestro comienzo no fue fácil, cometí muchos errores, y ambos somos conscientes que a pesar de los obstáculos, hemos logrado fortalecer cada día nuestro amor.
MAKDUB, ESTABA ESCRITO QUE ME AMARIAS.
AMIR.
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DEVUELTA A TI (2# ASIM, SERIE AMOR EN EL DESIERTO) SIN EDITAR.
RomancePerla Addel... No, Perla Abdul, desde el primer momento en que ella se dejo llevar por el fugas y toxico amor de Asim su esposo, muchas cosas cambiaron, los celos, las infidelidades de su marido la envolvieron de tal manera que la segaron. El tiempo...