CAPITULO 14

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AMIR...

Hace años atrás me vi en una situación difícil, incluso Rhania huyo de mí junto con mi hijo Asim y ahora he ayudado a mi hija a hacer lo mismo que Rhania hizo.

Comprendía a Selim pero mi hija es una mujer que a pesar de todo a soportado mucho aunque no lo diga lleva un peso en sus hombros que poco a poco la está debilitando. Necesitaba ayudarla pero era más que consciente que Selim no descansaría hasta conseguirla.

−¡Padre! –me doy vuelta para ver a mi hijo Asim, el cierra la puerta tras de sí antes de pararse frente a mí –aún no he tenido respuesta de mi esposa, pero si ella no acepta igual tomare tu lugar de todos modos.

−Comprendo el por qué Perla no quiere Asim pero eres el único que puede encargarse de la empresa familiar no me gustaría que las cosas fueran así para ti, pero quiero dedicarme a estar más tiempo con tu madre.

−Lo entiendo baba espero que te tomes tu jubilo para descansar y vacacionar con madre mientras yo me encargo de todo no te preocupes.

−Bien... voy a ver qué hace Rhani –salgo del despacho, iba caminando por el pasillo cuando miro por la ventana que se ve hacia el jardín. Selim esta allí junto a su hijo Burak, ya había pasado dos días desde que mi hija se fue y él se la ha pasado solo con los niños. Mi nieto lo mira con sus grandes ojos grises como el de mi hija su piel es morena como la de su padre pero sus llamativos ojos son los que resaltan como dos estrellas brillantes. Burak le da una sonrisa desdentada a Selim y este se le ilumina el rostro completamente maravillado. Burak despertaba ese tipo de adoración en las personas todo aquel que lo tuviera entre sus brazos por muy mal que estés cuando te mira o te sonríe tu corazón se hincha de una emoción extraña.

AÑOS ATRÁS.

RECORDATORIO...

Estoy sentada en unos de los sofás que rodea el gran ventanal de la biblioteca de la mansión, la mayoría de mi tiempo me la paso aquí, mirando a la nada. Una parte de mi murió, y me culpo cada día por ello. Si tal vez nunca hubiese regresado a Riad, ella aun estaría con vida, y quizás en mis brazos, con sus pequeñas manitas, o esos grandes ojos platas igual a los de su padre, ni siquiera pude ver su carita, pero recuerdo a la perfección lo bonito que se sentía sentir sus pataditas, cuando le contaba cuentos de princesas, como también cuándo mi pequeño Asim se removía como loco por que no le gustaban, ambos eran mi vida, ahora solo me queda Asim, pero aun así no me siento capaz de verlo, de tocarlo, de amamantar al pequeño pedazo de Amir y mío.

Lloro, saco todo lo que siento, ese dolor que me quema por dentro, abrazo a la diminuta ropita color rosa, que había comprado cuando supe de sus sexos. Al venir a Riad me traje dos conjuntos uno azul y otro rosa pastel, el que iba hacer para mi pequeña bebé, lo había perfumado con colonia de niña, así podría creer que es su aroma.

Lo aferro a mi pecho, cierro mis ojos mientras enormes lágrimas caen, no puedo, no puedo seguir, me siento tan sola, tan triste. Miro el cielo azulado mi vista se queda fija en las nubes y una que otras aves.

−Señorita aquí le traje su almuerzo −entra tati, el ama de llaves.

−¡No quiero nada... llévatelo! −le digo sin mirarla, sin dejar de mirar ese punto fijo en el cielo.

−Desde que llego no ha comido como se debe señorita Rhani, además él bebé a estado llorando buscando de su madre –habla buscando animarme, pero no lo lograra, no respondo. Suelta un suspiro cansado − entonces no tendré otra opción que decirles a sus padres y al señor Amir −no le pongo cuidado, solo me aferro a la pequeña prenda rosa, es tan suave. Debe de haber sido fantástico abrazarla así.

DEVUELTA A TI (2# ASIM, SERIE AMOR EN EL DESIERTO) SIN EDITAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora