CAPITULO 27

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Muchos dicen que el corazón es volátil, que la vida es una completa mierda y que el karma siempre esta allí para hacer de las suyas. Nunca en mi vida me había sentido tan arrepentido, tan absolutamente frustrado.

Desde la muerte de mi primogénito mi esposa se convirtió en un frágil cristal, ese que si no se aprecia, si no se cuida, se rompe en millones de fragmentos.

Soy un estúpido, un maldito idiota, todo esto, cada desdicha de mi esposa es mi culpa, solo mía y ahora esta allí, en esa cama inconsciente sin la posibilidad de sonreírme o por lo menos gritarme y dejarme.

Suelto Todo el aire retenido, no puedo soportarlo, las lágrimas resbalan por mi rostro con gran prisa, incapaces de seguir en su lugar. Como…¡Maldición! Como puedo con este dolor que me mantiene ebrio, cautivo, como un león encerrado. No lo soporto, necesito liberarla necesito que despierte y decirle que es libre, pedirle de rodillas perdón por todo el daño que le he hecho y que si ella quiere irse que puede hacerlo.

“Oh Alá la prefiero mil veces lejos de mí pero con vida”, si ella vive mi alma estará en paz aunque sea sabiendo que no estará más a mi lado.

A la final termino subiendo a la recamara de mis hijos. Ellos duerme pacíficamente, sus pequeños pechos suben y bajan con tranquilidad. Tomo a mi hijo Kamal en brazos, él se remueve un poco pero se relaja al sentir mi calor y sigue durmiendo como si nada lo perturbase.

Me siento en la mecedora, esa que usa mi esposa para dormir a mis hijos, fruto de nuestro hiriente amor. Me meso, acaricio la espalda de la criatura, lo miro con ternura, la paz que alberga su cuerpecito me llena de energías.

Hay esperanza, tiene que haberla, ella me necesita fuerte y yo la necesito a ella. Solo si Perla me lo permite yo cautivare nuevamente su corazón, la hare muy feliz tanto que no cabera en su cuerpo.

Lo juro, juro por mis hijos que Joye volverá a ser mía, su corazón roto lo compondré yo, lo pegare y si es posible hare uno nuevo para ella, le daría el mio si eso fuese posible.

***

PERLA.

Flashback…

—Nunca... nunca más vuelvas a besarme— el me mira sonriente.

—¡Se te olvida que entre dos días serás mi esposa, y ni tu ni nadie podrá evitarlo, tu tendrás que cumplir con tus obligaciones por ser mi mujer!— él se acerca a mí pero y retrocedo dos pasos.

—Te aborrezco, no sabes cuánto te odi...

—Tu cuerpo no decía lo mismo hace unos segundos— él se acerca más pero esta vez no retrocedo, el me mira de una manera intensa— No te resistas ante mi Perla, tu y yo sabemos muy bien la gran atracción sexual que tenemos, ese fuego ardiente que posees, esa gran ferocidad de responder a mis caricias. Deja de luchar, deja de negar lo que sientes por mí.

—No me caso, no me pienso casar contigo ni entre dos días ni nunca primero me tiro de la segunda planta antes de unirme a una persona como tú…

—Eso no pasara, ¡tú eres mía!, y si tú te mueres entonces yo te sigo allí, lo comprendes, tu siempre serás mía.

***

Salgo al balcón y me embeleso un poco con el amanecer, cada paso que doy no lo hago dudando de lo que hare, estoy firme en mi decisión, me librare de una buena vez de ese dolor infernal que me carcome el alma, me librare de todo esto y seré libre al fin. Ejerciendo un poco de fuerza subo mis pies al barandal, respiro ese aire fresco por la mañana, apego más a mi regazo aquel pequeño traje, perfumado con el olor de mí bebé, mi amado hijo, mi amor, mi luz. Cierro mis ojos antes de dar el paso y caer al vacío.

DEVUELTA A TI (2# ASIM, SERIE AMOR EN EL DESIERTO) SIN EDITAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora