CAPITULO 11

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Verlo marchar fue más difícil de lo que creí, pero a pesar de que sus ojos no dejaron de mirarme en ningún momento, que aunque sus labios no se movieron para emitir alguna palabra sabía que con su mirada hacia un juramento.

Volvería a mí, así como yo lo había hecho. No llore, solo acune su rostro y estampe mis labios contra los suyos.

Lo amaba con cada fragmento de mi corazón, él lo es y seguirá siendo todo para mí, y aun que nunca lo quise ver ni admitir, Asim Abdul era mi mayor fortaleza y debilidad.

Se marchó, dejándome con el alma hecha añicos, pero cada día que pasaba miraba el cielo cada anochecer, a sabiendas que el también veía lo que yo.

***

Un mes y dos semanas...

-Mí mirada esta fija en la pared de la habitación, aferro más el cuerpo de mi hija, tratando de que quede lo más pegada posible. Refugiándome en su calor, su olor a bebé y aquellos ronquidos tranquilizadores.

Desde que me levante esta mañana he estado muy inquieta, muy en el fondo sabía que algo malo pasaría pero no diría absolutamente nada hasta que el llegara.

Cuando veo que se me es imposible dormir decido salir del cuarto pero antes me aseguro que la niña este rodeada de almohadas para que no se caiga. Camino por los pasillos hasta que llego a donde duerme Amira. Voy a tocar la puerta pero unos gemidos y gritos se escucha dentro de ella.

Me quedo completamente paralizada. Frunzo el ceño voy a abrir la puerta cuando unos brazo me agarran por la cintura y tapa mi boca con su mano. Trato de zafarme pero el gran hombre no me deja hasta que me saca del pasillo y me estampa contra la pared haciéndose ver.

Mi corazón latía con rapidez, y ver a quien veo solo hace que mi vientre se contraiga- ¿Oyendo tras las puertas he?- relamo mi labio nerviosamente y suelto un leve suspiro de alivio. Él se pega más a mí, pega nuestras frentes, toma una de mis piernas y la levanta hasta su cintura; sumerge una de sus manos dentro de mi bata de dormir hasta llegar a mi zona íntima- ¿dime que me has extrañado dulce mio?- murmura entre jadeo. Su toque es caliente y mientras más haga fricción en mi sexo más mojada estaré por él.

-Mucho, te he extrañado mucho- respondo entrecortadamente. Mis manos se van hacia su cuello y lo jalo más, nuestros labios se rosan un poco antes de que mi lengua salga y se introduzca en su cavidad. Lo necesitaba como el agua en el desierto, y ahora que estaba allí, provocando cada parte de mi cuerpo no me importaba que me poseyera en esa pared, en medio de la oscuridad, bañados por la plateada luna.

Su otra mano toma de la otra pierna y me alza. Enrollo mis muslos alrededor de su cintura, mientras nos besamos como dos desquiciados sedientos por el deseo.

-Te necesito, te anhelo tanto- vuelve a sumergirse entre mis labios, sus manos tocan mi cuerpo con necesidad y avaricia. Mientras yo busco una manera de sacar aquel tronco duro y caliente para mí. Cuando logro desabrochar sus pantalones, sumerjo mi mano en sus bóxer y tomo su miembro, lo aprieto levemente, subo y bajo mi mano por el cuerpo de su pene.

Sus labios se despegan de los míos para tomar aire, un gruñido gutural sale de su garganta, mi mano hace su trabajo sobre su eje sacándole una y otra vez gemidos a Mi marido.

-Oh si mi leona, sigue, sigue...- ronronea como un gatito hambriento; u mano se sumerge en mi cavidad y bombea mi intimidad. Muerdo mi labio para no gritas y alertar a todos, no necesitaba ahora que vinieran a interrumpirnos, lo único que quería era cumplir los acometidos.

Cuando ambos estamos a punto de llegar al más morboso de los placeres el saca su mano de mi intimidad, me baja, yo suelto su miembro y el me hace voltear- pon tus manos sobre la pared he inclínate- obedezco sin replicar- roguémosle a Dios que no venga nadie a interrumpirnos mi flor, porque pienso arremeter tu cuerpo con tanta fuerza que aun que nos estuviesen viendo no pararía. Aun que dudo mucho que la servidumbre venga por este pasillo a sabiendas que el Emir está de regreso, y en este preciso momento disfrutando de mí su esposa, así como yo hare de la mía- levanta la bata y baja mi braga.

Asim muerde mi hombro, acaricia mis nalgas con sus enormes manos, aprieta de ellas para después descender hasta mi intimidad. Toma entre sus dedos aquel botón duro por sus toques pocos penosos, lo estruja y le da pequeños golpecitos para despertar aún más mi deseo por él.

Posiciona su miembro en mi entrada, enrolla mi cabello en su mano para jalar un poco de el- ¡Asim!- gimo cuando poco a poco va adentrándose en mí.

-No puedes gritar mi amor, mantente quieta y disfruta- succiona mi cuello y arremete mi cuerpo, este se impulsa hacia adelante por su penetración brusca. Aunque dolió un poco disfrute envolverlo con paredes vaginales- oh si, cuanto extrañe estar dentro de ti- sale y se vuelve a meter, hasta comenzar su vaivén.

Se introduce una y otra vez, bombea mi intimidad como si no hubiese un mañana, besa mi cuello, mis labios, aprieta mis pechos sacándome gemidos leves. Mis ojos completamente cerrados disfrutan de cada movimiento de cadera de mi esposo, sus caricias son como lava ardiente quemando mi piel.

-¡No puedo resistirlo más!- murmuro roncamente, el sale de mi me voltea y me alza nuevamente con rapidez, para después sumergirse de nuevo en mi calor.

-Tan estrechamente húmeda y completamente mía- empuja sus caderas en una velocidad tortuosa, sube su velocidad cuando ambos estamos más que listos para corrernos.

Mis uñas se clavan en su espalda, tomo entre mis dientes el lóbulo de su oreja chupando y gimiendo en su oído. Sus brazos pegan más mi cadera sin cintura adentrándose más, chocando su glande en mi final hasta que no pude y el grite. Me corrí, y más adelante lo hizo él, llenándome con su semilla, completándome con su amor.

-No podría vivir un minuto sin ti, los días pasados fueron largos y tortuosos pero en cada amanecer que veía le daba gracias a Alá por otorgarme un nuevo día, recordarte, saber que estas bien fue lo único que me mantuvo cuerdo. Tú y mi hija son y seguirán siendo mi prioridad y si tengo que morir para asegurar sus futuros lo haría- murmura roncamente. Aquellas palabras llegaron a mi alma, conmovieron mi corazón y por un par de segundos le pedí a mi Dios que nos otorgara una vida larga he infinita, solo quería que él estuviera para mí como yo para él, si mi marido no estaba nada valía.

Cuando conoces a una persona que te complementa,no importa lo mucho o lo poco, siempre te conformaras con su simple presencia.Eso es suficiente para que un corazón herido por la vida se transforme y seolvide de sus heridas.

ES CORTO MIS AMORES PERO EL PRÓXIMO SERA MAS LARGO.

TENGO UNA HERMOSA NOTICIA... SERÉ PARTE DE UNA ANTOLOGÍA, MI RELATO UN TEQUILA PARA MI CORAZÓN GANO LA CONVOCATORIA ITA EDITORIAL, POR LO QUE ESTARÁ EN PAPEL PRÓXIMAMENTE. 

ESTOY MUY FELIZ CREO QUE ES UN BUEN COMIENZO EN ESTA TORTUOSA ESPERA, AGRADEZCO MUCHO SU APOYO INCONDICIONAL, SU COMPRENSIÓN Y PACIENCIA, ASÍ QUE MIS NIÑAS COMPARTO MI FELICIDAD CON USTEDES, BESOS Y ABRAZOS.

DEVUELTA A TI (2# ASIM, SERIE AMOR EN EL DESIERTO) SIN EDITAR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora