Girls hate singers ✔️ [Singers #2]

20. Que no la perderías

COLE

El plan de Rick era oportunista, pero inteligente. No iba a juzgarlo, de hecho, yo también quería ayudar a Abby por mucho que hubiésemos discutido. El único problema que tenía el plan de Rick es que Abby y yo se lo habíamos complicado al enfadarnos.

—Puedo intentar hablar con ella —dije dubitativo.

—No creo que funcione, de hecho no creo ni que esté en tu casa cuando llegues.

—¿De verdad crees eso?

Rick soltó un suspiro. Tyler, de pie junto a nosotros, se mordió la uña del dedo pulgar mientras se quedaba mirando el fondo del bar como si su mente estuviera en otro sitio. Yo intenté hacer lo mismo que él, pensar. Pero no fui capaz. Tenía la cabeza a punto de estallarme. Solo podía pensar en que no tenía ni puta idea de cómo estaba mi hermana y que Abby se había cabreado por una auténtica gilipollez.

—Bueno, aquí no voy a solucionar nada —dije poniéndome en pie para despedirme—. Intentaré ayudarte, Rick. Pero no prometo nada. Lo que hay entre nosotros no es tan sólido como para que dependa de mí convencerla, tú mismo lo has dicho.

—No hace falta que sea sólido, chico —insistió Rick cerrando el puño con fuerza sobre la madera de la barra—. Eso se consigue con el tiempo, y no tenemos mucho. Hace falta pasión e impulsividad, y creo que de eso vais sobrados. Si no, puedo recordarte lo que mi sobrina hace como los ángeles, según tú.

Me atraganté con mi propia saliva. A mi lado, Tyler me miró con desconcierto.

—¿Estás bien? —preguntó poniendo mala cara.

—De puta madre, tranquilo, solo creo que he escupido un pulmón. —Tyler abrió mucho los ojos. Yo me reí, porque sinceramente no sabía ni qué hacer con mi vida—. Es broma, chico. Estoy bien.

—Cole —me dijo Rick mirándome muy serio—, convence a mi sobrina sea como sea. Cómprale un anillo de diamantes, prométele la luna, métela en tu cama. Lo que te salga de los huevos. Pero sácala de aquí. ¿Me has entendido?

—Joder, Rick, muy sutil. No me estoy sintiendo incómodo para nada —murmuré intentando no mirar al hermano pequeño de Abby—. ¿Podemos hacer como que esta conversación nunca ha existido entre nosotros?

—Ya sabes la respuesta, chico.