COLE
Cuando llegué a casa, dejé el diario de Abby en mi habitación y encendí mi portátil para ver de una vez por todas qué cojones había en el lápiz de memoria que me había entregado Tyler. Después de todo, no podía ser nada peor que lo que había leído en el hospital.
Principalmente, la unidad de memoria estaba llena de fotos, tal y como él me había dicho. De ella de pequeña, con su hermano, con su madre, con su tío Rick... Apenas había fotos de su padre. Solo encontré dos, y Abby no aparecía en ninguna de ellas. Solo lo hacía su hermano Tyler. Me di cuenta de que el cabrón de Greg Johnson la había odiado desde el principio. Entonces se me vinieron a la cabeza de nuevo las palabras de Rick.
«Porque mi hija jamás haría eso».
Joder, el muy cabrón ni siquiera me había dicho si esa afirmación era literal. ¿Qué significaba? ¿Era su hija? ¿O es que para él era como su hija? Porque había una gran diferencia entre decir «es mi hija» a decir «es como si fuera mi hija». Puto Rick. Los Johnson estaban todos como una cabra y acabarían haciéndome a mí también perder el juicio con ellos.
Empecé a ver fotos de Abby en el colegio, no me costó distinguirla entre sus compañeros. Era una niña preciosa y alegre que aparecía en casi todas las fotos con dos coletas. Era adorable. Joder, tan adorable que incluso volví a pensar en la idea de tener hijos. Pero esta vez, la idea me removió por dentro. Porque la deseé realmente, porque deseé con tanta intensidad ser el padre de sus hijos que ni siquiera me reconocí a mí mismo en mis propios pensamientos.
Me había ido del hospital poco después de que salieran los médicos de su habitación, informando de que habían conseguido volver a estabilizarla. Pero las cosas no pintaban nada bien, habían hablado de lesiones cerebrales y de varios problemas en los que prefería no pensar. Con la parte de «posibles lesiones cerebrales» había tenido más que suficiente. Y Rick tuvo que pensar lo mismo porque, después de eso, me dijo que podía irme a casa a descansar, que esa noche dormiría él con Abby. Y aquí estaba yo, en una casa que ni siquiera quería, viendo las fotos de una chica la que no sabía si volvería a ver despierta.
La última foto que apareció en mi pantalla casi hizo que me atragantara con mi propia saliva. Abby debía tener once años, porque yo tenía dieciséis y estaba a punto de marcharme del colegio. Salíamos el uno al lado del otro, yo con el brazo colocado encima de los hombros de ella. El corazón me latió con fuera al ver la imagen. Mientras que yo salía mirando a la cámara con una sonrisa, Abby salía mirándome a mí. La foto era de la entrega de premios de fin año. Lo hacían todos los cursos en nuestro colegio. Al finalizar, premiaban a los alumnos que habían obtenido los mejores resultados académicos. Ese año yo fui el ganador de mi curso y Abby, del suyo. Ni siquiera recordé haberme hecho esa foto con ella, aunque sí recordaba a la perfección aquella época de mi vida...
Acababa de debutar en Seven Days y me habían escogido oficialmente como el guitarrista principal. De hecho, esa misma semana acababa de conocer a los cuatro chicos. Kyle y yo éramos los más jóvenes del grupo, yo tenía dieciséis y él diecisiete. Éramos unos puñeteros críos que no tardaron en congeniar y en sellar un pacto no escrito en el que quedaba claro que seríamos el cómplice del otro para cualquier desastre. Luego estaban Dallas y James, quienes empezaron con veinte y veinticinco. Al principio la diferencia de edad se notó bastante, sobre todo con James, no voy a negarlo. Dallas siempre había sido un poco muermo porque era el más correcto de los cuatro, el chico que venía de una familia ya famosa a la que habían jodido viva los medios, por lo que sabía qué debía hacer exactamente para evitar que algo así volviera a repetirse. James, por otra parte... Bueno, James era el mayor de los Donovan y, como todo hermano mayor que se precie, no tenía permitido divertirse. Casi siempre le colgaban a él la responsabilidad de que Kyle y yo no hiciésemos ninguna gilipollez, y supongo que ese fue uno de los motivos por los que Kyle y yo nos hicimos tan buenos amigos, aunque también ocasionó que James se quedara un poco colgado.
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Girls hate singers ✔️ [Singers #2]
RomanceCole Miller no quiere volver a enamorarse, y menos después de llevar más de cinco años obsesionado con la novia de uno de sus mejores amigos. Abby Johnson está harta de los rumores que la acompañan allá donde vaya. Quiere huir de su propia vida, pe...