V E I N T I U N O

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Aquella fiesta acabó realmente mal después de todo. Sabía que Lucas estaba enfadado y que lo mejor era dejar que se marchara e intentar hablar con él en otro momento, pero no pude evitar sentirme fatal mientras le veía largarse con su novia y sus amigas. Jungkook, al ver que no tenía intención alguna de continuar con la diversión, cogió nuestras cosas, me agarró de la mano y me sacó de allí. Cuando llegamos a su apartamento quiso hablar conmigo para solucionar las cosas.

– Dime algo Maddie, venga. – dijo acercándose a la cama y sentándose a mi lado. – No puedes estar sin hablarme toda la vida solo porque Lucas se ha enfadado.

– Quedamos en que no dirías nada hasta que se lo contara, Jungkook. – contesté sin mirarle.

– ¿Y cuándo pensabas hacerlo?

– Esta noche, cuando estuviéramos a solas.

La habitación se quedó en absoluto silencio durante unos segundos hasta que finalmente Jungkook resopló y volvió a hablar.

– Estaba diciendo cosas que no eran ciertas, Mad. – tragó saliva e intentó encontrar las palabras adecuadas. – Sé que no estuvo bien, pero solo quería que cerrara esa bocaza.

– ¿Era la camarera? – al ver la cara de Jungkook decidí aclarar más mi pregunta. – Has desaparecido un par de veces esta noche, ¿estabas con ella?

– Sí, era ella. – cogió aire y volvió a hablar. – Y sí, estuvimos hablando un rato, por eso tardé en volver. Pero no es lo que crees, Maddie.

– Pues explícamelo, porque ya no sé qué pensar.

No estaba enfadada por el hecho de que Jungkook tuviese amigas o se llevara bien con las chicas con las que había tenido algo. Lo que sí me molestaba era notar que no estaba siendo sincero del todo.

– Nos conocimos hace un par de años. Ella empezó a trabajar allí y siempre acababámos hablando de nuestras cosas. Me llevo bien con ella Maddie, no hay nada más entre nosotros, solo nos besamos aquel día. – su mano se encontró con la mía y nuestros dedos se entrelazaron. – ¿Puedes confiar en mí?

Sabía que aquellas palabras eran ciertas, y en el fondo podía estar segura al cien por cien de que aquel chico no me estaba engañando ni haciendo falsas ilusiones. Miré nuestras manos unidas y sin dudar contesté a su pregunta.

– Sí, claro que puedo. – pude notar como su sonrisa se ensanchaba. – Será mejor que olvidemos el tema.

Jungkook saltó sobre mí para envolverme en un abrazo del que era imposible escapar. Sus brazos me rodeaban con fuerza, tanta que tuve que pedirle que parara entre risas. Finalmente, tras muchas cosquillas y besos rápidos decidimos meternos en la ducha antes de irnos a dormir.

– Maddie, – dijo Jungkook mientras ambos intentábamos dormir. Solté un ruido como señal de que le escuchaba atentamente. – ¿verías Naruto conmigo? – agarré el primer cojín que mis manos tocaron y se lo estampé en la cara mientras su risa se escuchaba en toda la casa. – Ya veo lo mucho que te gusta estar conmigo.

– Duérmete, pesado. – fue lo único que dije antes de que Jungkook me abrazara por la espalda.

Los días siguientes no volví a preocuparme por Lucas. Sabía que tendría que esperar a que él decidiese hablar conmigo, por lo que preferí mantenerme al margen. El cumpleaños de Vittoria se acercaba, por lo que Lilly y yo aquel lunes decidimos ir en busca de un regalo para nuestra amiga. Esa tarde Lilly me confesó todo lo que estaba pasando entre ella y Yoongi, y a pesar de todo, no pude evitar alegrarme por ella al ver lo feliz que estaba.

– Deberíais hablar y lo sabes. – dijo mi amiga mientras paseábamos por una tienda de ropa.

– No quiero estar así con él, pero no puede enfadarse simplemente porque no le conté que salgo con Jungkook.

2:18 (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora