V E I N T I C U A T R O

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– Venga Maddie. – dijo Jungkook desde el pasillo de su casa. – Hasta Jimin está ya listo para salir.

Era viernes 4 de diciembre y teníamos una cena de cumpleaños a la que asistir. Jin había insistido en que después de pasarse todo el día en la universidad, lo único que le apetecía era sentarse con sus mejores amigos a disfrutar de una agradable cena llena de cervezas y soju.

– Estos zapatos no pegan, ¿verdad? – escuché que decía Jimin mientras yo salía de la habitación de mi novio.

– ¿Sinceramente? – comenzó a decir Tae. – No. Yo creo que el problema es la camisa.

– Iré a cambiarme entonces. – contestó Jimin levantándose del suelo.

– ¿No será más fácil y rápido que te pongas otros zapatos? – preguntó Jungkook exasperado antes de mirar el reloj y ver lo tarde que llegábamos. Jimin no le hizo caso y se fue directo hasta su habitación. – ¡Jimin! Tienes veinte pares de zapatos, ponte otros.

– ¡No! Quiero estrenar esos.

Jungkook al escuchar las palabras de su amigo, se tiró al suelo rendido mientras Tae se reía en bajo con una sonrisa casi imperceptible en los labios. Diez minutos después, Jimin apareció con una camiseta negra y una americana que antes no llevaba, listo para irnos. Jungkook, intentando parecer enfadado, le amenazó con dejarle tirado si volvía a retrasarse tanto y aprovechó para mirarme de reojo, como si aquella advertencia fuese también en cierto modo para mí.

Durante los quince minutos que separaban el apartamento de mi novio del de Jin, Jimin se dedicó a recordarle a Jungkook lo amargado que estaba por ponerse así con él por esa pequeña tontería. Nunca había visto a Jungkook poner los ojos en blanco tantas veces seguidas en un espacio de tiempo tan corto hasta ese momento.

– Al fin llegáis. – dijo Hobi al abrirnos la puerta.

Tras saludar a Hobi con un abrazo, pasé al interior y lo primero que noté fue la ausencia de una persona. Lilly no estaba por ningún lado y me resultaba extraño teniendo en cuenta que Yoongi ya estaba allí. Por eso mismo, tras saludar a todos y felicitar a Jin, me acerqué a este para preguntarle por el paradero de mi amiga.

– Y yo que sé Melannie. – fue su respuesta. – Ya es mayorcita, que haga lo que quiera.

El muy insoportable ni siquiera se sabía mi nombre, y eso que era la novia de uno de sus mejores amigos y me veía prácticamente todas las semanas. Abrí la boca para corregirlo, pero cómo no, Yoongi dio media vuelta y se largó sin esperar a que empezase a hablar. Seguía sin entender qué había visto Lilly en él, dado que lo único que parecía guardar en ese diminuto cuerpo era mal humor.

– ¿Hay que guardar los cuchillos? – preguntó Vittoria acercándose a mí por la espalda.

– ¿Se puede saber qué problema tiene Yoongi conmigo? – contesté después de prometerme a mí misma que me calmaría. – Ahora me llamo Melannie al parecer. – Vittoria se echó a reír y acto seguido, se colgó de mi brazo.

– Al menos ha intentado llamarte por tu nombre. Yo al principio era "la alemana". – dijo mi amiga haciendo que me sintiera algo mejor. – Es una persona muy... suya. Le cuesta relacionarse con la gente, o no quiere. Quien sabe.

Cambiamos de tema cuando vimos a Namjoon acercarse a nosotras con un vaso entre las manos para Vittoria. Esos dos por fin habían arreglado todas sus diferencias la semana anterior. Después de que Vittoria hablase con nosotros, decidió contestarle las llamadas a su novio y accedió a quedar para hablar las cosas como personas adultas.

2:18 (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora