S E I S

2.1K 140 83
                                    

– ¡Venga Lilly! – dije mientras dirigía la vista a la pantalla de mi portátil, donde veía la imagen de mi hermana divertida con la situación.– ¿Ves lo que tengo que aguantar, Alex?

– Di que soy yo quien la aguanta Alex, me ha obligado a salir de fiesta. – dijo Lilly asomándose mientras agitaba su cabeza para darle volumen a su pelo. – A todo esto, ¿vendrás en navidad?

Cuando mi hermana tres años mayor que yo cumplió la mayoría de edad, decidió que Corea no era su sitio y se marchó de vuelta a Australia a vivir con nuestro padre. Cuando se graduó, consiguió trabajo en una editorial y se mudó con una amiga a un piso en Port Douglas. Mi relación con ella siempre fue muy cercana, prácticamente era mi amiga y sabía que podía confiarle cualquier cosa. La echaba tanto de menos que solíamos hacer Skype al menos tres veces por semana.

– No hemos terminado septiembre y ya me estáis hablando de navidad, ¿en serio? – contestó ella haciendo una mueca de disgusto.

– Es que tenemos tantas – alargué esa última palabra dándole un toque dramático.– pero tantas ganas de verte. – dije llevándome las manos al pecho.

Lilly salió de su habitación, por fin había acabado de prepararse. Nos quedamos unos minutos más hablando con Alex hasta que al final Vittoria nos mandó un mensaje anunciando que estaba en el portal. Nuestra nueva amiga subió por primera vez a nuestro hogar. Tras hacer un tour por la casa nos sentamos en el sofá con una copa de vino blanco y nos entretuvimos charlando hasta que nuestros amigos nos llamaron para avisarnos de que ya estaban abajo.

Si no hubiesen sido mis mejores amigos, juro que me hubiese enamorado a primera vista. Eran tan atractivos que me parecía una ofensa mirarles directamente a la cara. Lucas me abrazó muy fuerte y me alzó un par de centímetros del suelo, algo que siempre solía hacer.

Emprendimos nuestro camino hasta la discoteca a la que solíamos salir las pocas veces que decidíamos meternos en una. La música pop se escuchaba desde fuera, la gente que hacía cola para entrar aprovechaba para fumar o beberse un par de cervezas y nosotros aprovechamos para hacernos varias fotos, sabíamos que más tarde no íbamos a estar en condiciones. Vittoria miraba la pantalla de su teléfono con una sonrisa en su rostro. Supuse que la persona que le mandaba mensajes era aquel chico con el que estaba liada del cual no sabíamos nada.

El puerta del local hizo un gesto con la mano indicándonos que ya podíamos pasar. Al entrar tuve que entrecerrar los ojos debido a la cantidad de humo que había. Mis ojos tardaron en acostumbrarse a la oscuridad. Varias personas pasaron por mi lado chocando con mi hombro y derramando bebida en el suelo. Nos abrimos hueco hasta llegar al fondo del local, donde había mucha menos gente y unos sofás esperándonos. Nos quitamos los abrigos, los amontonamos en una esquina y nos sentamos casi todos, menos Vittoria y Mark, quienes se ofrecieron a ir a por las bebidas.

Lucas se acercó a mí y cogió mi mano. Nuestra relación era muy cercana, incluso más de lo normal, pero teniendo en cuenta como habían sido los años anteriores, a nadie le extrañaba ver esas muestras de cariño. Lilly me lanzó una mirada llena de dudas. Era la primera que pensaba que acabaríamos juntos, y cada vez que veía algún roce se preguntaba si podía decir ya que tenía razón o debía seguir esperando.

Tras un rato esperando, vimos a Vittoria hacerse hueco entre la gente con dos copas entre las manos, seguida por Mark y otro chico que no conocíamos de nada. Le dio los vasos a Mark y a Kai, y entonces se giró para coger los que cargaba la persona desconocida.

– Estos son de Lilly y Mad. – dijo hablando consigo misma y tendiéndonos las copas. Al ver nuestras caras se percató de que aún no conocíamos a su amigo. – ¡Ay! Perdonad, él es Namjoon, un amigo.

2:18 (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora