Capítulo 19

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Abrazó la almohada tan fuerte como pudo, una pesadilla estaba presente en su memoria, quería gritar pero no podía, ni si quiera podía despertarse.

—N-no... no lo hagas... Madre— suplicó.

Hacía frío, ella estaba totalmente empapada, era ya de noche y una mujer de cabellos café miraba a una _________ desconsolada suplicando que se detenga. 

Una soga le impedía que se moviese, su quirk no funcionaba y un hombre alto la miraba con diversión, ella no pudo hacer más que rogar, frente a ella estaban cuatro personas, cuatro de sus compañeros y amigos: Mina, Bakugo, Kirishima y Shoto, todos completamente dormidos.

—¡Madre! ¡Déjalos ir!— pidió —¡Suelta...! ¿¿mhn?! ¡hmmmmm!— le habían tapado la boca con una cinta ¿que tan real parecía esto como para sentir la cinta tan vivamente?

La mujer fue caminando uno por uno, se detuvo en Kirishima, ella extendió su mano y agarró al chico por el cuello, este poco a poco empezó a perder su color, la peliazul gritó más sintiendo su garganta desgarrarse, no le importó.

Las risas de la mujer se hicieron más fuertes —¿No te lo dije cariño?— _________ se sintió más pequeña, miró sus pies, su cabello ahora estaba a la altura de estos y se encontraba hecho un desastre, todo era como en aquél entonces, alzó la mirada y ahí estaba esa mujer, frente a ella ahora con el cuerpo de Mina en brazos, gritó desesperada —te destruiré, te mataré, mataré tus emociones y luego te mataré a ti.

Para cuando se dio cuenta no quedaba nadie más que Shoto, el hombre le quitó la cinta de golpe, no le importó el ardor que llegó de manera instantánea, lo único que se dispuso a hacer fue gritar con todas sus fuerzas.

—¡MÁTAME A MI! ¡NO TE ACERQUES! ¡MADRE, ACABA CONMIGO! ¡ALÉJATE DE ÉL!— el hombre la golpeó en la cara, esta sintió el sabor metálico de la sangre —no lo hagas...— ella ya lo tenía del cuello —¡NO LO HAGAS!— otro golpe fue dado en la cabeza, haciéndola marear —suéltalo— hubo otro golpe —no...

Sintió como la sacudieron con fuerza, ella abrió los ojos de forma rápida y de forma inmediata miró a quien la había despertado.

Para ser sinceros esta era la primera vez que pudo ver una expresión en Shoto, una cara desconcertada y preocupada le dieron la tranquilidad que necesitaba, aún así ella no se movió para abrazarlo a pesar de que su alegría de verlo junto a ella eran inmensas.

—Gracias...— susurró aún con la respiración agitada.

El chico semi albino parecía más alterado que ella, fue cuando la menor se percató de lo mojado que estaba su cuarto ¿Qué había sucedido? se sobresaltó al sentir una mano fría en su nuca, y para sorpresa de ella esta acción terminó por calmarla al cabo de unos minutos.

Shoto no se encontraba tan aliviado que digamos, por un lado el que haya despertado era algo que si lo calmaba, pero el hecho de que gritara a sus padres le resultó preocupante, conocía su historia, sabía que ella fue amenazada pero ¿que podía hacer por ella?

—¿Te gustaría hablarlo?— ella negó mientras se excusaba con un "estoy bien, sólo fue un sueño" pero claro que esto no tranquilizaría en lo más mínimo al mayor —vamos, debes tomar agua— ella se levantó pero este la volvió a sentar al parecer percatándose de algo que ni la propia __________ se había dado cuenta —perdón, estarás cansada... iré yo, ya vuelvo.

La peliazul miró a Shoto irse, cuando este cruzó la puerta, ella tomó la iniciativa de levantarse y cambiarse, pudo notar que sus mejillas estaban rojas, se las tocó y un ardor se hizo presente, la marca de la cinta llegó a su mente, era notoria pero nada que no se pueda ocultar con maquillaje; luego de eso procedió a escoger ropas para salir, por suerte terminó de ponerse su blusa justo antes de que Shoto abriera la puerta, ambos se miraron, la menor le sonrió dándole a entender que estaba bien.

Mi promesa de protegerte-TodorokixtuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora